Clásicos nikochianos: GOATS HEAD SOUP (1973)

Después de discazos al uso como Beggars Banquet, Let It Bleed, Sticky Fingers y del orgasmo rocanrolero que supuso Exile On Main St. 1973 supone una nueva era en la música stoniana, sale para disfrute de todos el Goats Head Soup, el álbum casi no contiene ningún éxito, bueno, tiene Angie, que al parecer le hizo mas mal que bien al disco, pero lo realmente interesante es descubrir a unos Stones mas negros que nunca, adorando al soul, al funk y como no al rock, la calidad del poker de discos anterior es tan grande que ensombrece la enorme calidad de este auténtico clásico. Goats Head Soup comienza con una guitarras diabólicas, ritmo infernal, atmósfera de sexo sadomaso, Dancing With Mr.D te golpea, te descoloca, y Jagger con esa voz.. sigue siendo el número uno, por estos primeros setenta no hay quién le tosa, esta canción es tan buena que podría haber estado en el Exile, en cualquiera de los antes nombrados y sería sin duda una de las mejores. Llega un medio tiempo, 100 Years Ago, la voz de Jagger dominando el cotarro y la de Keith doblándola, seguramente Richards es la mejor segunda voz, o voz de apoyo del rock, detrás de la de Jagger provocan un sonido único, además hay un pianito que te va endulzando el tema y luego la guitarra rompe en un solo magistral, excelente canción. Baladita que te crío para el tercer corte, Coming Down Again interpretada de manera mágica por Keith, el alma de los stones, el guitarrista que hizo un pacto con el diablo, o es él el diablo?, preciosa canción, hipnótica que tiene un saxo del mítico Bobby Keys. La siguiente comienza con unas guitarras que se han copiado en los últimos años por todos los grupos ingleses habidos y por haber, en esto del rock no hay nada que los Stones no hayan hecho antes que los demás, Doo Doo Doo (Heartbraker) que cuenta con una sección de vientos negrata que te pone calentito calentito, y luego te mece con la balada por excelencia, Angie, que a pesar de estar sobadísima luce linda, espléndida, perfecta aún en este nuevo siglo, cancionaca inolvidable que Jagger dedicó a la mujer por entonces del no menos mítico Bowie, ese pianito que tiene, esos arreglos, esa dulzura, buenísima, aunque tanto éxito provoco que al parecer el álbum sólo fuese esa canción y como explico, hay mucha tela que cortar, como Silver Train, la canción que le sigue, sonido americano, rock countresco con esos coros stonianos que me gustan tanto y que luego se repetirán hasta la extenuación en su siguiente disco It’s Only Rock&Roll (magnífico, por cierto). Y entonces llega un pelotazo llamado Hide Your Love, blues del bueno, obra maestra, ninguneada y oculta por el efecto Angie, el piano blues lleno de dolor y melancolía te envuelve mientras la guitarra de Keith te lleva río Mississippi abajo y te conduce irremediablemente a esa canción que tiene algo de Van Morrison llamada Winter, una balada que te prepara para la traca final, primero con Can You Hear The Music, psicodélica e hipnótica, y finalmente con la rocanrolera, chuckberriana y demoledora Star Star (inicialmente llamada Starfucker), una de las mejores del disco que sirve como final perfecto al álbum que por la enorme calidad de sus anteriores trabajos ha quedado en el olvido, está un escalón por debajo de aquellos increíbles e irrepetibles discos pero va sobrado de calidad, una auténtica joya oculta de los Stones que cuenta con la inestimable ayuda de los "otros" stones hablo de Ian Stewart, Nicky Hopkins, Billy Preston, Bobby Keys y Jim Horn, un clásico en toda regla, un clásico nikochiano.

1 comentario:

  1. El vinilometro nunca se apaga y esto, claro, es una de esas cosas que esta en stand by...

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