"Key Largo"

“Key largo” es un pedazo de película dirigida en 1948 por John Huston e interpretada magistralmente por Humphrey Bogart, Edward G. Robinson, Lauren Bacall, Claire Trevor y Lionel Barrymore. En el film un veterano de guerra visita al padre y a la viuda de un compañero muerto en combate. Pero el viaje se complica, ya que el hotel de Florida donde se aloja está tomado por una banda de gángsters, que aprovechando una fuerte tormenta los capturan como rehenes. Pero hoy no os voy a hablar de esta gran película de Bogart, hoy no, puede que otro día. Hoy os hablaré de otro “Key largo”, el que nos hace disfrutar sentados alrededor de una mesa donde predomina un hermosísimo tablero. Sí, habéis acertado. “Key largo” es uno de esos innumerables juegos de mesa que se encuentran en casa de mi hermano, un juegaco, al que hace unos días le metimos mano. El juego es una creación de Paul Randles creador de otros juegos de mesa míticos como “Pirate’s cove”, y ha sido desarrollado por Mike Selinker y Bruno Faidutti, al parecer dos cracks de este mundillo. La historia es algo trágica puesto que Randles no pudo acabar el juego debido a una enfermedad terminal y lo finalizaron sus colegas. Al menos eso es lo que me comentó mi hermano, que sabe bastante más que yo de estos temas, lástima que sea tan, tan vago y no se decida aportar sus conocimientos colaborando en la isla. Mientras se decide o no, tendréis que conformaros conmigo. Toma!, joderos. Bueno, “Key Largo” es cojonudo, aquí os hago un breve resumen de la dinámica del juego:

Juego para cuatro jugadores con el objetivo final de encontrar tesoros y acaparar el máximo dinero posible. La acción transcurre en unos diez turnos (o eran nueve?, bueno eso es lo de menos), turnos que coinciden con días de la semana. Cada turno (o día) se divide en mañana y tarde, y en cada uno de estos momentos podremos realizar dos acciones que deberán ser elegidas de forma ordenada y oculta, para ponerlas a la vista a la vez que el resto de jugadores. Estas acciones pueden ser: bucear, timar a los turistas, ir a la tienda de utensilios, ir a la taberna o vender nuestros tesoros. Para bucear es necesario tener buceadores, empezamos con uno pero podemos contratar hasta un total de tres. Cada buzo puede ir equipado con dos bombonas de oxígeno, un tridente, y un peso (ese material debe ser comprado en la tienda), hay tres zonas de buceo, normal, medio y profunda, los requisitos para bucear son 0 bombonas, 1 bombona y dos bombonas. Existen pues cartas que se colocan en diferentes montones según el tipo de profundidad, si buceamos sólo podremos coger una carta, en las cartas puede haber tesoros, utensilios, joyas, y…monstruos, si no tenemos tridente… somos buzo muerto. El peso nos permite al soltarlo coger una carta extra. Como imagináis estos tesoros pueden ser vendidos o nos lo podemos quedar, la tarifación de los mismos en la tienda depende del tipo y de la gente que coincida en ella. En la taberna podemos contratar a más buzos, pagar una ronda de ron y así obtener información de las zonas de buceo, o contratar un ladrón y mangarle los tesoros a otros jugadores. En la zona de “turistas” se obtiene dinero fácil, pero poco, aunque por otro lado podemos coger cartas especiales que nos proporcionan los turistas y que te pueden salvar el culo más de una vez. Gana, claro está, el que tiene más pasta al final de los días.

Así de entrada parece complicado pero no lo es para nada, es muy divertido. La verdad es que a mi me encantan los juegos de dinerito, aquel “Bootleggers” es un buen ejemplo. Además bajo esa imagen de juego infantil encontramos un juego brutal para adultos, lleno de traiciones, putadas, y triquiñuelas varias. Es un espectáculo ver (como siempre) a mis hermanos picadísimos e indignadísimos. Al final, a la chita callando, ganó Nikochana, cuando yo ya tenía todo el pesado vendido. Maldición!. La verdad es que no me importaría volver a jugar otra partidita, y puede, puede, que este sí sea el primer juego de mesa que me compre en mucho tiempo.