Desde hace unos cuantos meses el noveno arte ha llamado a mi puerta, así pues he añadido a mi ocioso tiempo otra cosa más con la que entretenerme. De cómics hay infinidad: buenos, malos, horribles, graciosos, coñazos, infantiles, terroríficos, etc, etc.. Particularmente me gustan los cómics indies, underground, que suelen aparecer como novela gráfica, sin embargo odio profundamente los cómics de superhéroes, me aburren, son como culebrones llevados al extremo con personajes que visten con capa y calzoncillo por fuera. Son un horror. Tampoco me gusta excesivamente el manga puro y duro, lo encuentro algo tonto, algo infantil. Para que os hagáis una idea a mi la saga de “Odio” de Peter Bagge me ha robado el corazón y es el principal culpable de esta nueva adicción que tengo por el mundo de las viñetas.
Hace unos días le sustraje a mi cuñada un cómic que habitaba aburrido y lleno de polvo en una de las estanterías de su casa. El cómic es bastante pequeño y finito, está dibujado completamente en blanco y negro, y curiosamente se lee de derecha a izquierda, teniendo la portada donde debería estar la contraportada. Sí, el cómic es de origen japonés, y por cierto, me ha encantado. Su autor se llama Hideshi Hino (nació en 1946 en Chichiharu, Manchuria) y al parecer es un referente del manga de terror. Apareciendo en sus obras las situaciones más escatológicas aderezadas con las enfermedades más vomitivas, con los personajes más desagradables, en un cóctel de horror y humor con tintes morbosos. Una muestra de lo que os estoy explicando es el cómic del que me apoderé la otra tarde: “El niño gusano” que narra la historia del joven Sampei, tercer hijo de una típica familia japo. Siempre es comparado con su hermano y hermana, ellos son grandes estudiantes y él un verdadero desastre. Su imagen de niño enfermo y su amor por toda clase de bichos sólo le crean problemas, recibiendo más de una paliza al salir del colegio. Un buen día, Sampei, es picado por un extraño gusano rojo que él mismo había vomitado, desde ese momento comenzará su transformación en gusano, y una venganza sanguinaria.
Lo de abandonado y lleno de polvo no sé por dónde tomármelo: o somos unos gafapastas que no hemos leído el cómic y lo tenemos por tenerlo y por decir que somos cool -que no es lo mismo que cul, aunque suene igual y al fin y al cabo sea la misma cosa- (cosa que no es cierta) o bien somos unos guarros del copón por no limpiar el polvo de las estanterías, (cosa que tampoco es -del todo- cierta). (Tendré que hablar con Fermín. Ya se sabe cómo está hoy el servicio)
ResponderEliminarpor listillo: DEVUÉLVENOS NUESTRO CÓMIC (Ja, Ja)
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