Clásicos nikochianos: 461 OCEAN BOULEVARD (1974)

El segundo álbum de estudio en solitario de mano lenta es uno de sus mejores trabajos en mi humilde opinión, uno de esos discos que te explican porqué Clapton es Clapton, el disco es un clasicazo de cabo a rabo, un disco indispensable, la guitarra de Clapton te seduce, pero lo que mas seduce son las reminiscencias reggae en el disco, aunque no abandona ni el blues ni el rock ni nada que defina a Clapton, bueno si, según la versión oficial, es el primero que graba desintoxicado de heroína. El disco empieza juguetón, Clapton se lo pasa en grande con la guitarrita en “Motherless children”, esta canción es un pelotazo de tomo y lomo, sólo por esto ya vale la pena el disco, el álbum será recordado por muchos como el disco que contiene el “I shot the sheriff” de Marley, una canción realmente tremenda, pero no sólo de pan vive el hombre, encontramos clásicos de Clapton, carne de Greatest hits: “Give me strength”, “Get ready”, “Let it grow”, buenísimas canciones todas ellas, sin olvidarnos de la versiones que le dan al disco esa cosa compacta llamada sonido clásico, encontramos “Willie and the hand jive”, “Steady rolling man” o “Mainline Florida” por citar algunas imprescindibles. Si bien la carrera de Clapton está plagada de buenos discos, buenísimos, es justo decir que “461 Ocean Boulevard” abre la senda de lo que tiene que ser Clapton, un semi-Dios ninguneado por algunos fans del rock por sus incursiones comercialoides de los noventa, pero que nadie se engañe, Clapton es Clapton, y haciendo lo que mejor sabe hacer es el mejor, su guitarra como la del ya fallecido George Harrison destilan magia, sensualidad, y sentimiento en cada nota, y es que esta pareja de amigos compartían su amistad, calidad, mujeres, y buen gusto, y buen gusto en cada nota es lo que podemos apreciar en “461 Ocean Boulevard”, un regalo para nuestros oídos, un regalo que nos tenemos que hacer si aún no tenemos el disco, un disco clásico, un clásico….nikochiano.