A pesar del ninguneo general, The Kinks es uno de los grandes grupos de la historia. El periodo que abarca desde 1966, año de la salida al mercado de “Face to Face”, hasta la aparición en 1971 de “Muswell Hillbillies” es de aúpa. Seis discos impresionantes totalmente diferentes entre ellos que marcan una evolución como banda descomunal, pasando de los cuatro componentes a una gran banda con pianitos, vientos y toda la traca. De la frescura y el hipismo de “Face to Face” pasaron al viaje ácido de “Something else”, de ahí a la impresionante obra pop “Village Green” para luego deleitarnos con un sonido espectacular en “Arthur” (una de mis secretas debilidades) y rematar con según la crítica su obra magna “Lola Vs Powerman…” que destroza el mundillo musical. Poker de clásicazos indispensables que nadie en su sano juicio debería dejar de escuchar. Y entonces los Davies se encerraron en el estudio, volvieron a las raíces, al barrio que los había visto crecer “Muswell Hillbillies” y se emborracharon de jazz, de bodevil, de sabor americano, de sátira y por supuesto de alcohol. Despachando un disco muy diferente a los anteriores pero de igual nivel, manteniendo esa calidad en las letras y añadiendo un plus musical que no tiene precio. Por cierto vuestro amigo Nikochan y su hermano Black Meeple se tomaron unas pintas de Guiness en esa taberna que aparece en la portada. Qué grande la Guiness y qué grandes los Kinks...
“Muswell Hillbillies” (1971): 01-. 20th Century Man/ 02-. Acute Schizophrenia Paranoia Blues/ 03.- Holiday/ 04.- Skin & Bone/ 05.- Alcohol/ 06.- Complicated Life/ 07.- Here Come The People In Grey/ 08.- Have A Cuppa Tea/ 09.- Holloway Jail/ 10.- Oklahoma U.S.A./ 11.- Uncle Son/ 12.- Muswell Hillbilly/ 13.- Mountain Woman [Bonus Track]/ 14.- Kentucky Moon [Bonus Track].
El comienzo del disco te atrapa de primeras con ese juego de guitarras acústicas y la voz de Ray que parece haber sobrevivido a una borrachera histórica la noche anterior. “20th century man” es rock de antaño con sabor a clásico, la mala noticia para Ray es que el siglo XXI es peor aún que su antecesor, todo un esperpento. La idea de que a alguien se le vaya la chota pensando que hasta el lechero es un espía de la KGB da para hacer una cancionaca llamada “Acute schizophrenia paranoia blues” con base blues pero con trompetas, saxos y un ritmillo que se mete en tu cabeza y te provoca algo de esquizofrenia y paranoia, claro. “Holiday” es una delicia, sin duda tiene un sonido característico que proviene según he leído de grabar la canción cantando siempre con un cigarro en la boca. Curioso, no?. Quién no ha tenido la sensación de estar hasta los mismísimos del currele y sólo piensa en abandonar su cuerpo y su mente en la playa. Después de esta maravilla viene el boggie de “Skin & Bone” y esa memorable voz secundaria de Dave que vuelve a ser espectacular y perfecta para cantar en la ducha. El cabaret con regusto a New Orleans llega con “Alcohol” que es para mi gusto de las mejores del disco hablando sin tapujos de la adicción a ese buen amigo que es el maldito alcohol sea Vino, Ginebra, lo que sea, Porto, Pernod o Tequila. Ron, Scoth o Vodka on the rocks. Ah! Malandrines, qué buena!. “Complicated life” es de esas que te gana con cada escucha, es impepinable que es una canción cojonuda, puro Kinks, otra vez con el hermanísimo Dave a los inolvidables coros. A partir de aquí vienen dos piezas algo olvidadas pero que dan al disco un sello especial, suben el nivel y por supuesto con esas letras cojonudas te hacen pasar un gran rato, por un lado tenemos la magnífica “Here come the people in grey” con un Dave desgañitándose, al fondo una armónica mítica y una guitarra que hace cabalgar a su antojo los riffs. Luego por otro lado llega la oda al té de la abuela, Ray en estado puro, “Have a cup of tea” tiene ese toque característico de The Kinks, ese pop de juguete que un buen día me enamoró. El disco encara su parte final y para ser sinceros creo que pierde algo de pistonada, tampoco mucha la verdad, y lo hace con “Holloway jail” y “Oklahoma U.S.A”, dos temas lenticos que te bajan un poco la trempera pero que desde luego no son malas canciones. “Uncle son” me recuerda a alguna que otra canción campestre de los Stones cosa que la hace fácilmente de mi gusto además de tener ese toque de nana estupendo y finalmente “Muswell Hillbillies” cierra el disco con poderío. Cancionaca que te crío que provoca que quieras volver a darle al play, un temazo otra vez con Dave saltando la banca. Sonido americano en la música del grupo más british que jamás existió. Posteriores ediciones del disco ofrecen la posibilidad de añadir dos canciones realmente cojonudas que no sé porqué motivo quedaron fuera, tanto “Kentucky moon” como sobretodo “Mountain woman” son excelentes y hubiesen aumentado la calidad del disco original si es que eso fuese posible."Muswell Hillbillies" es un disco que claramente merece estar entre los denominados clásicos, por supuesto también entre los clásicos nikochianos.
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