“Kitty, Daisy & Lewis” (2008): 1.- Going Up The Country; 2.- Buggin' Blues; 3.- Polly Put The Kettle On; 4.- Honolulu Rock-A Roll-A; 5.- Got My Mojo Working; 6.- Mean Son Of A Gun; 7.- Hillbilly Music; 8.- Mohair Sam; 9.- Ooo Wee; 10.- Swinging Hawai.
Hace ya un par de añitos que salió a la venta este disco de los hermanitos Durham pero que yo sepa en la península comenzaron a sonar a finales del 2009 y por Barcelona pasaron hace poquísimo por la sala Apolo. Kitty Durham (16 años), la más joven del grupo, normalmente canta y toca la armónica, la batería o percusión, el ukulele, el banjo, el trombón, y la guitarra. Lewis Durham (19 años) canta ocasionalmente y toca la guitarra, la guitarra lap steel, el piano, el banjo, y la batería o percusión. Daisy Durham (21 años) es la mayor del grupo, canta y toca la batería o percusión, el piano, el acordeón y el xilófono. No tocan todo a la vez claro está, se reparten los instrumentos y cambian sus papel de vocalista e instrumentalista en cada canción cosa supongo yo que debe entretener al personal en los conciertos, conciertos que por cierto no han quedado exentos de críticas pues suenan algo blanditos, modositos, dicen que les falta algo de sexualidad y malicia. Puede, o puede que no. La razón debe ser la presencia de sus padres (Graeme Durham y Ingrid Weiss) que participan también en los shows con la guitarra rítmica y el contrabajo. Dicho esto, tengo que decir que su disco “Kitty, Daisy & Lewis” es un soplo de aire fresco, una agradable rareza inesperada que te alegra el día y te hace mover el esqueleto rememorando a los grandes, a los Elvis, Waters, Cash, etc, etc.., pero claro, sin llegar a eso, ya que si así fuera ya me tendríais intentado convencer a todo el mundo que son una gran banda. Pero no lo son, la cosa está curiosa, sí. La cosa funciona como diría un judío de Manhattan. La cosa es que hay un porrón de buenas canciones, de buenas intenciones, y de ritmos agradables y tal vez demasiado estudiados y cuidados que nos hacen pensar en un producto premeditado. Tal vez sea cierto, pero no por eso hay que dejar de lado al disco porque con canciones como “Going up the country”, “Honolulu rock’n’roll-a” o “Hillbilly music” ya se han ganado el cielo aunque yo preferiría que se hubiesen ganado el infierno.
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