A mediados del 2005 un tipo llamado Jonathan Acosta originario de Memphis trabajaba como carpintero entre semana para dejar el martillo y los clavos apartados los fines de semana y dedicarse a actuar de clown en fiestas para niños y a ser el bajista del grupo “Viva L’American Death Ray Music”. Jonathan estaba enamoradísimo, era un tipo feliz. Eso duró poco pues su relación con Ivonne Bono se fue al traste, a tomar por culo vamos, acabó como el rosario de la aurora. Así es como Jonathan Acosta adopta el nombre de Harlan T. Bobo, se encierra en un estudio con su corazón roto, su dolor y su enorme rabia y despacha uno de los mejores discos del 2006 y uno de los mejores discos que yo he escuchado en mi vida sobre desamor titulado “Too much love”.
Sin discográfica que le respaldase ni padrinos adinerados, Harlan, graba el disco, le pone una portada horrenda y empieza a regalarlo a amigos y conocidos sirviéndole como terapia. Finalmente, el disco llega a las manos apropiadas y “Too much love” acaba publicándose en Goner Records. Un disco cortísimo, un poquito más de media hora, lleno de canciones de desamor, dolor, canciones intensas, descarnadas, canciones adornadas de cierto misterio, de cierta rabia, canciones llenas de revancha, de sentimientos. Cancionacas. Harlan mezcla muy bien el rock con la balada dándole a todo un toque americano impresionante, y sigue la tradición de cantautores como Dylan o Cohen, incluso se puede apreciar un regusto al Nick Cave lloroso y lleno de rabia. Ya digo, un discazo de tomo y lomo que contaba con temazos como “Left your door unlocked”, “Stop”, “Mr Last Week” y “Bottle and hotel”.
En 2007 después de haberse desecho del sentimiento de perdedor, de haberse recuperado del dolor de la separación nos sigue entregando un manual musical de cómo superar un hecho de esas características. “I’m your man” es un disco más alegre, es un disco positivo, y en términos generales es un disco mejor que su debut. Su sonido se perfecciona, su estilo se asienta y seguimos disfrutando de unas letras acojonantes con un gran sentido del humor, una música rocanrolera de cojones, y de canciones redondas. A pesar de comenzar de forma magistral con un tema simpático y ligero como “I’m your man”, el disco va por otros derroteros, es algo más rocanrolero, más durico. Así lo apreciamos por ejemplo en “God’s lamb” y la estupendísima “My life” pero que nadie piense que ha cambiado su estilo, aquí hay tiempo para delicadas maravillas como “Baptist Memorial”, “Pragmatic woman” y “Last step”. Un discazo de esos que van ganando con el tiempo.
Este 2010 Harlan me ha pillado en fuera de juego con la edición de su tercer disco, “Sucker”, que ya está sonando en mis reproductores. Lo primero que sacamos en claro es que las portadas han mejorado bastante, como curiosidad su primer disco ha sido reeditado con otra portada más bonica, porque la original daba hasta miedo. Así pues en el plano estético estamos algo mejor, y en el musical vamos por buen camino, si bien se nota que Harlan pasa por un periodo de felicidad, de alegría, puede que sea resultado del amor o no. De entrada me parece un disco cojonudo, a la altura de lo editado anteriormente aunque algo más positivo, tampoco quiero hacer un juicio a la brava pues no he podido estrujarlo como se debe, la cosa promete con canciones como “Hamster in a cage” o la canción que abre el disco “Sweet life”, y qué decir de “Crazy with loneliness”, “Selfish life” y “Errand girl”. El disco es una muestra de cómo Harlan está evolucionando, un Harlan que fuera de los circuitos comerciales está construyendo una carrera espectacular a la que solo unos elegidos pueden acceder. Atentos! Porque estamos ante uno de los nuevos grandes, estamos presenciando a un músico de los de verdad, lleva tres de tres y la cosa sólo hace que pintar mejor y mejor.
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