Ya dije una vez que nunca le estaré lo suficientemente agradecido a Guzzest ya que gracias a su insistencia patológica me abrió los ojos ante la figura del otro Elvis, también conocido como Costello. Conocí a Guzzest más o menos a la tierna edad de los 25???, joder, ya no me acuerdo, y a Costello lo conocía desde los veinte pero la verdad es que nunca le había tomado mucho apego, mi hermano tenía original el álbum que nos ocupa, “Armed Forces”, pero yo nunca le había hincado el diente. No sé muy bien el porqué de mi estupidez o mi ignorancia, tal vez se deba a mi absurda capacidad de negarme a ciertas cosas, como la de comer guisantes, chipirones, o comerme los cherrys de la ensalada, ya ves, ahora eso me encanta pero durante años ni lo probaba. Sí, ya lo sé, soy gilipollas, pero es un placer descubrir algo a una edad madura, se disfruta aún más o eso pienso yo para no sentirme un bobalicón. Y eso me pasó con Costello, sabía que era muy bueno, sabía que me gustaría pero me daba pereza dedicarle un ratico pues con los cuatro fantásticos british: Beatles, Stones, Who y Kinks, más Young, Morrison (Van y Jim), Weller, Queen y LedZepp andaba contento. Entonces apareció Guzzest en mi vida y empecé a darle la razón como a los locos sin hacerle ni puñetero caso, y es que el tipo cuando se pone a reivindicar la música yanqui de los noventa no hay quién le aguante. Otra cosa es cuando le da por el final de los setenta, ojo!, aquí al César lo que es del César. En este caso hay que bajar la cabeza, tragar saliva y decir Amén a todo lo que diga mi archienemigo quién en un acto de generosidad abrumador me dejó toda la discografía del gafotas, eso sí, en pequeños bloques no sea que me indigestara.
Sin duda me quedo con su traca inicial de cinco o seis discos insuperables, todos ellos cinco estrellas. Depende de la época me puede parecer uno u otro mejor, aunque tengo que reconocer que puede ser “Trust” su obra maestra. Después su carrera se vuelve algo difícil de abarcar si es que no eres un enfermo de Costello. Como no es mi caso destaco como imprescindibles “King of America” y el reciente”Momofuku”. Pues bien, en mi trigésimo aniversario tuve una revelación, me di cuenta que había media docena de discos costellianos que podría catalogar como “clásicos nikochianos”, de todos ellos los que más veces habré escuchado son “This Year's Model” y “Armed Forces”. Sí coño, el de los elefantes. Y el disquito en cuestión abre la juerga con la magnífica “Accidents will happen” de la que recientemente me he vuelto a enamorar, realmente es redonda de principio a fin. Una puta obra maestra. “Senior service” empieza magistralmente, llevo todo el puto día haciendo el sonido del organillo (tito-tí-totí, Junior dissatisfaction.. tito-tí-totí), véis, ya vuelvo con el organillo, tito-tí-totí.... Aaaahhh! Y ahora el acabose con “Oliver's army”, sin discusión alguna esta canción es acojonante. El inicio fulgurante del disco se cierra con “Big boys” que es una tonadilla muy de mi agrado con un estribillo marca de la casa, a partir de aquí el disco baja un poco el pistón, o eso cree uno cuando comienza a escucharlo pero después de desvanecerse el efecto hipnótico de los grandes singles del disco no resulta difícil enamorarse de “Green shirt”, “Party girl” y “Goon squad”, canción que por cierto me tiene loco. “Busy bodies” y “Sunday´s best” siempre me han parecido de menor calidad que el resto, sobretodo la de los mejores domingos a la que no le encuentro del todo punto. Pero cuando ese pequeño punto débil (bueno, ya le gustaría a algunos firmar una canción así) está a punto de darte bajón llega un final de traca, tanto o más bueno que el inicio, allá voy: “Moods for Moderns” es espectacular, como me gusta el organillo! Es un sonido reconocible que sumado a los coros de los Attractions te hacen sentir como en casa, a esta cancionaca le sigue una joya oculta “Chemistry class” y una obra maestra llamada “Two little Hitlers” que me gana con cada escucha para convertirse en una de las mejores canciones del lote por su letra y por su cadencia reggae, pero para finalizar a lo grande Costello se guarda un as en la manga “What's so funny 'bout) Peace, love & undestanding” que te deja descolocado y con los calzoncillos bajados, a estas alturas nadie esperaría una canción así, menudo trallazo, vaya patada en los cataplines para acabar..., para acabar volviendo a escuchar el disco one more time, una vez tras otra, hoy solamente llevo seis escuchas del mismo disco, un disco imprescindible, un puto clásico nikochiano. Gracias Costello, gracias Guzz.
Y lo mejor es que para mí, sin dejar de ser la repanocha (faltaría), no es de los cinco mejores del pollastre. Quizá porque es el más continuista en referencia al que precede y en el que va más sobreseguro el putas (lo podría haber titulado "This year model 2" tranquilamente) o por haberle pillado prestada esa "what's so funny 'bout..." por la curra a Lowe y forrarse via single del asunto... De cualquier forma es como mínimo tan de puta madre como todo lo que pones y si se duda de su "imprescindibilidad" por la parte que me tocas, alego que fue uno de los dos álbumes con los que empecé mi flamante colección vinilera hace más de un lustro empezando así, a la par, mi de antemano perdida cruzada anti-digital... 50 eurazos que me clavó el desgraciao aquel de la tienducha de Oviedo !! (aunque es una primera y primorosa edición inglesa, con single del 45 incluido, por la que -ni que decir tiene-, MATO a quien se acerque sin preguntar antes ni nada).
ResponderEliminarDicho todo lo anterior, y lejos de querer ofender, se tiene que ser realmente tarugo para dejarse los cherrys de la ensalada... Espero que no seas de esos/as que se deja la bechamel de los canelones o le quitas la grasa al jamón... Ahí si que ya tendrías un problema, no definitivo (que no en vano hay quien se pela las manzanas y le quita la piel al pollo), pero problema al fin.
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