
Lo primero que hay que comentar es que a pesar de conseguir el reconocimiento de crítica y público, “Strange Days” no supuso el éxito en ventas esperado siendo en su mayoría algo más comercial que el debut o para decirlo de forma correcta algo más digerible. La mayoría de canciones que aparecen en el álbum corresponden a las sesiones de grabación del debut, os imagináis si hubiesen tenido huevos para sacar un álbum doble? Madre mía! Hubiese sido el mejor álbum doble de la historia o casi. Todo el disco tiene un cierto aire misterioso y a veces algo circense, la canción que abre el disco y da título al mismo es sencillamente acojonante, una puta obra maestra que no defrauda y que da nuevos aires a Morrison y lo suyos. “You’re lost little girl” exhibe en todo su esplendor la voz de Jim que poco a poco va cogiendo confianza y técnica dejando a un lado el instinto, estamos ante una tonadilla preciosa que tiene un organillo juguetón que es una puta maravilla obra de Manzarek, un músico excepcional. Y entonces llega el primer highlight que me enamora y me hace disfrutar como un loco, y es que no me canso de escuchar nunca “Love me two times”, sencilla pero efectiva. La lisérgica “Unhappy girl” me llena de felicidad y el poema “Horse latitudes” cuyas estrofas me suelen venir de vez en cuando a la quijotera cierra con acierto lo que sería antiguamente la cara A. Y claro, lo que sería la cara B empieza poderosa con la insuperable “Moonlight drive”, una de mis favoritas de su discografía donde además de la letra y la voz de Jim destaca esa guitarra wah-wah de Krieger, todo un lujo. “People are strange” no le va a la zaga, qué voy a decir de ella, es fantástica. Y entonces Morrison se pone a jugar con “My eyes have seen you” que tiene un final de lo más eléctrico y rocanrolero para luego enlazar con la preciosa balada “I can´t see your face in my mind” que me derrite toa con esa marimba en manos de Manzareck. Para cerrar el discazo recurren a una de las canciones que rondan los once minutos típicas del grupo donde Morrison se desenvuelve como pez en el agua pudiendo dar rienda suelta a su poesía hipnótica que en directo se transforma en una extraña y demoníaca ceremonia. “Strange days” es para mi algo más que un disco, como lo es la música de The Doors, es una obra maestra, un disco imprescindible, todo un clásico, un clásico nikochiano.
Nothing left open
ResponderEliminarAnd no time to decide
We’ve stepped into a river
On our moonlight drive
Diossss!