Más o menos por el 2005 en Seattle un par de barbudos crean la banda “Band of Horses”, un año más tarde editan su primer disco titulado “Everything All The Time” que recuerdo haber escuchado en su momento y que no me desagradó pero tampoco recuerdo que fuese para tirar cohetes, o sí ya que puede que debido a que estaba enfrascado en otras historias no le hiciese ni puñetero caso, probablemente y escuchado su tercer álbum tarde o temprano tendré que retomarlo . Bien, aquellos dos fundadores del grupo eran Ben Bridwell y Mat Brooke, puede que a muchos de vosotros os suene y mucho el tal Brooke, a Guzzest debería sonarle, pues el muchacho también fue el fundador de un grupo paralelo que a la postre le daría más éxito, más reconocimiento y puede que mayor satisfacción así que dejó tirado a Bridwell y se embarcó en uno de los grupos más prometedores de estos últimos años, los “Grand Archives”. Bridwell siguió a lo suyo, en 2007 aparece su segundo disco “Cease to Begin” del que no he escuchado absolutamente nada aunque ya estoy en ello, este disco los pone en una buena posición de la americana pero les falta aún un disco redondo para codearse, ya no digo con Bonnie “Prince” Billy pero sí con por ejemplo “The Felice Brothers”. Ah!, lo que pasa es que la banda de caballos poco tiene que ver con los hermanitos felices, puede que tanto los primeros como los segundos respeten a Dylan sobre todas las cosas, pero los Felice derivan claramente hacia The Band y los Band of Horses hacia Neil Young aunque en su reciente tercer disco le abandonan disimuladamente para adentrase en algún que otro momento en las composiciones de Brian Wilson, en las armonías vocales de CSN y en alguna balada countresca que firmaría el mismísimo Gram Parsons.
Sí, el disco al que llevo entregado toda la puta semana es “Infinity Arms” de Band Of Horses, un disco con fundamento americano, con sus raíces, su balada country delante del fuego, su rock de taberna, y unas armonías vocales de lujo. Puede que a muchos el término “americana” les tiré para atrás, ciertamente no es mi caso, pero deberían darle una oportunidad al disco pues sí es cierto que hay momentos de americana pero también lo es que en muchos momentos del disco no diré que están cerca de Brian Wilson o CSN, no me atrevería a tanto aunque los recuerdan, pero sí tal vez igualan a los Fleet Foxes que tanto se llevan ahora y tanto me gustan, además encontramos alguna que otra tonadilla pop escandalosamente buena y un par de latigazos rockeros que dejan a cualquiera boquiabierto.
“Infinity Arms” (2010): 01.- Factory/ 02.- Compliments/ 03.- Laredo/ 04.- Blue Beard/ 05.- On My Way Back Home/ 06.- Infinite Arms/ 07.- Dilly/ 08.- Evening Kitchen/ 09.- Older/ 10.- For Annabelle/ 11.- NW Apt./ 12.- Neighbor.
“Infinity Arms”empieza modosito con “Factory” que puede ser el escollo principal, una vez superada el disco se hará fácilmente con nosotros y al final la cancioncita será una de las favoritas y es que la voz de Bridwell nos conduce a un sueño pop orquestado precioso. “Compliments” es el segundo corte y el sencillo de lanzamiento con videoclip incluido, aquí se acercan a Young galopando junto a los Big Star, me encanta la canción y confieso llevar cantándola toda la semana en el water y en la ducha. El disco sigue con una canción que inicia a lo Creedence pero que pronto se desmarca hacia el rock springstiniano de masas, rudo y ganador como él solo. Una canción redonda que me trae locuelo y que algunos dicen recuerda algo al power pop primerizo de los Teenage Fan Club. Después de este inicio acojonante pisan el freno y nos deleitan con “Blue beard” que empieza con unos coros celestiales, y una melodía cercana a los Beach Boys (suenan algo a los Fleet Floxes”, como os dije), y eso lo remarcan con “On my way back home” a la que seguro que Brian Wilson no haría ascos, con ese falsete y esa melodía descomunal y ensoñadora que hace de la canción mi favorita del disco. “Infinity arms” no se queda manca precisamente continuando con la linea sensiblera, preciosista y wilsoniana aunque aquí asomen la cabeza vestigios de CSN. La certera y adictiva “Dilly” nos devuelve la energía, vuelve la luz a nuestros oídos, y es que estos muchachos firman una joya pop con estructura tipo ELO (lo digo en serio, fijaros bien, fijaros) para volver luego a los coros de lujo con “Evening Kitchen”, a la espectacular balada country con “Older” (qué bonica la jodía, ahora mismo me pongo a Gram Parsons, leñe!) y “For Annabelle” que es toda una delicatessen. El disco toma la recta final con “NW Apt.” que nos insinúa hacia donde pueden evolucinar o de lo que son capaces de hacer esta banda de caballos para terminar con “Neighbor” un disco redondo que me ha sorprendido gratamente y que sin ninguna duda estará dentro de mi top ten de este 2010.
No confío en la gente que lleva barba.
ResponderEliminarMira el padre Abraham (el de los Pitufos) o el Tomeu Penya que pinta pederasta se gastan...
ResponderEliminarY Rajoy...
ResponderEliminarY los ZZ Top...
ResponderEliminarY la Pantoja...
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