Pensamientos nikochanos.....

Mañana es el último día del año y como no, ya tenemos las uvas y el cava preparados. Muchos nos preguntamos que cojones haremos después de comernos y bebernos estos deliciosos manjares, antes era fácil, de los quince a los veinticinco se trataba de pillarla e intentar pillar, en esos tiempos era realmente difícil lo segundo, pillar una borrachera era realmente fácil casi sin beber ya estabas colocadito, sin embargo lo segundo era una tarea imposible. Con esa cara de lelo empanado que tenía un servidor mas la pinta de freak y todo eso, quiero decir, pantalones ceñiditos tejanos de colores con el dobladillo por fuera mas los calcetines blancos de sport con el dibujito del tenis, las irrompibles bambas J’Hayver, la camisa floreada a lo Camarón y la pelusilla que hacía de pseudo-bigotillo el tema resultaba imposible, por suerte las tipas no preferían a mi amigo ya que el pobrecico era igual que yo pero con granos y entrado en carnes, así que, a decir verdad yo era el guapo del grupo, bueno del dúo, y qué dúo, de lo mas patético que se ha visto en la historia. Fueron años duros para mi ego y lógicamente fueron aún mas duros para mis maltrechos riñones, una cerveza podía costar ciento cincuenta pesetas, hablo de mediana nenes, y los cubatas andaban por las trescientas, duro arriba duro abajo, ahora una birra cuesta unos tres o cuatro euros y el cubata, no lo sé, seis? Tal vez diez?, joder, hace mucho tiempo que no salgo a pubs, clubes, baretos o como se llamen ahora. Con mas de treinta el retiro en casa está mas que asegurado, vermutito con jamón serrano, cenita de pureta con un buen vinacho, postres con moscatel, café con cognac, copita, uvas, cava, cocktails y se va sumando, eso sí, con treinta, los riñones siguen absolutamente jodidos pero mas viejunos y eso acaba por pasar factura, al día siguiente aparecen los vómitos, la cefalea, los gases y ardores, y estás condenado a tirar de sal de fruta, de almax, de aerored, de ibuprofeno y seguramente como el dolor corporal debido a la vejez dura mas de un día, una vez limpio de alcohol podemos recurrir al alabado myolastan para dormir la noche del uno al dos como Dios manda. Antes era mas fácil, hasta los diez años todo era una completa maravilla, te mimaban, te regalaban tus cosas, estabas con tus padres jugando a las cartas, no bebías, no fumabas, ni tomabas café, eso sí era vida, qué sano coño, no sé cuando ni como empecé a castigar mi cuerpo, tal vez empecé castigando mi mente primero, creo que sí, tal vez fueron los gags de Martes y Trece, lo de la Encarna y la empanada, o el gag con la canción de The Boxer de Simon & Garfunkel o ver a Millán imitando a Tina Turner con una peluca arbusto, muy duro amigos, o tal vez fue Cruz y Raya, o los Morancos, o Ramonchu y su capa, o la Carrá, o la teta de Sabrina… ahora que pienso, tal vez no era tan malo hacerse ilusiones apoyado en la barra de un bar mientras degustaba mi medianica pensando que aquella tía que nos sacaba diez años, un par de metros y varios millones de polvos podía caer a mis pies simplemente con mirarla, al menos era feliz, o no sabía que era infeliz, tal vez en eso radica la felicidad o no, creo que mañana me quedaré en casa después de tomar las uvas viendo el discurso del Rey, y a Ramonchu con su capa, ver alguna actuación de alguna que otra vieja gloria española como Raphael, Julio Iglesias y el gran Perales, y luego, de madrugada, caerá con total seguridad el dvd o mejor aún, el blue-ray de los mejores momentos de Martes y Trece. Tal vez así este 2009 sea un poquito mejor.