Ese beso en el
ascensor.... Sí, terrícolas. Aún tengo retenido en mi quijotera el besazo del
ascensor de la desde hoy para mí mítica "Drive". No sé si lo que el
otro día pude ver fue un film románticamente violento o violentamente
romántico, aún no lo tengo claro. De lo que sí estoy seguro es que me pareció
un pelicularro de los que ya no se estilan. Qué gusto reconciliarse de este
modo con el cine. Al parecer, este film de Nicolas Windin Refn al que
seguramente conocían en su casa a la hora de comer porque desde luego en la
galaxia no se tenían noticias del individuo en cuestión estuvo nominada a
tropecientos premios llevándose uno o ninguno de los importantes pero eso da
igual. Los premios son premios y normalmente no se los lleva el que debiese. Lo
que realmente importa es con qué buen gusto de boca te deja el tipo al
finalizar el film, oh!, qué placer volver a sentir "eso". La verdad
es que el guión es cojonudo, simple pero efectivo, vuelve el
"hombre", vuelve un papel de esos que se llevaban en los setenta,
mejor de Clint que de Bronson claro. Al fin y al cabo ese tipo duro que parece
de acero pero que en realidad tiene un gran corazón, presenta un sentido del
deber y la justicia de la ostia. Ahora, no se trata de cabrear al tipo porque
te revienta la cabeza a patadas. Literalmente. El casting es la leche, no creo
que nadie hubiese podido encarnar mejor al “conductor” que Ryan Gosling que
desde luego me dejó con la boca abierta con su actuación muy alejada de la de
muchachito guaperas de las insufribles películas romanticonas de media tarde o
el de las comedias tontunas que no malas como "Lars y una chica de
verdad". El tipo lo borda y me convence, la prueba definitiva de lo que
digo es el palillo que llevo en la boca día y noche en su honor. En cuanto al resto
de intérpretes... Lujazo es poco: Carey Mulligan, Albert Brooks, Ron Pearlman,
Brian Cranston, Christina Hendriks... Ostias. Muy bien el casting. Lo único que
da repelús, bueno a mí, son las letras del principio con ese rosa neón y esa
música que remite a los abominables ochenta pero queda muy cañí y muy bien
puesto las cosas como son. No pondré la sinopsis porque a estas alturas todo el
mundo sabe ya de que va, pero aunque empiece modosita y se tome su tiempo cosa
que creo que debía hacerse para entender al personaje y los motivos que le
llevan a verse en un follón del que no sabe como se ha metido, acaba en una
espiral de violencia que para si la quisiera Tarantino. La violencia en el film
es abrumadora y exquisita pero ese beso en el ascensor..., ese beso...
Aún la tengo pendiente pero la novela en la que se basa está muy bien.
ResponderEliminarUn saludo.
SI SEÑOR. La vimos hace un tiempo (se la recomendé al archienemigo en su blog), pero aún tengo escalofríos al recordar el dichoso (para ella) beso del ascensor.
ResponderEliminarBonica de verdad
Diría que la saboremos mejor los violentos que los románticos-románticos como usted, por eso de que tenemos un corazoncito escondido.
Bonica de verdad.
Por cierto, creo recordar que al Sr.Flush le pareció un poco bluf, del tipo pse,nostamalaestéticaperolahistorianoesnadadelotromundo..
Olvidé que se basaba en un libro.
Thanks, agente Cooper, a ver si lo encuentro.
.... ese beso....
ResponderEliminarPor fín la he visto!!!!!!!
ResponderEliminarEse beso....dios, ese beso!!!!!!
Esas miradas y esos silencios!!!!!
Yo voto por violentamente romántica.