Debido a la poca calidad de los discos publicados últimamente o de lo cargaditos de ruiditos electrónicos que calzan llevo unos cuantos días, días? digo semanas tirando de clásicos nikochianos, de rock stoniano y de sonido garagero que me ha llevado irremediablemente a repasar la discografía de dos de para mi los más destacados del género en los últimos años: The Black Keys y The Greenhornes. En la línea del garage de estos dos grupazos pero mezclándose magistralmente con el estilo primigenio stoniano y el sonido de cuando The Kinks realizaban obras maestras como “Face To Face” encontré un grupo de jovenzuelos recientemente destetados que provienen de Austin (Texas) y que se hacen llamar “The Strange Boys”. El grupo lo forman los hermanos Sambol, Ryan (guitarra, armónica y voz) y Philip (bajo), junto a Greg Enlow (guitarra), Seth Densham (batería), Jenna Thornhill-DeWitt (Saxofón, coros) y Tim Presley (coros). A los chicos extraños les he descubierto recientemente al caer en mis manos su magnífico disco de debut “The Strange Boys And Girls Clubs” (2009) que contenía alguna joya como la canción que abre el disco “Woe is you and me” pero tengo que decir que todo él es muy pero que muy recomendable.
Strange Boys “Be Brave” (2010): 1.- I See; 2.- A Walk On The Bleach; 3.- Be Brave; 4.- Friday In Paris; 5.- Between Us; 6.- Da Da; 7.- Night Might; 8.- Dare I Say; 9.- Laugh At Sex, Not Her; 10.- All You Can Hide Inside; 11.- The Unsent Letter; 12.- You Can't Only Love When You Want.
El verdadero vicio obsesivo por este grupo me llega al descubrir su nuevo álbum “Be Brave” (2010) que es un discazo para nada moderno ni ambicioso, un disco directo que no se anda por las ramas y que no disimula su pasión por Jagger, Richards, Dylan y Ray Davies, y claro por toda la British Invasion. Ryan Sambol tiene mucho talento y está empezando a despegar, al escuchar su música podríamos jurar que pertenece a los años sesenta pero no podríamos estar más equivocados. El disco sigue con el estilo de su predecesor pero en general les ha salido mejor acabado, más redondo, no sé, hay canciones tremendas como por ejemplo “I see” que abre el disco. Uno piensa, joder, como molan los Kinks, pero no, es el puto Sambol. Luego con “A walk on the bleach” nos demuestran que también pueden rocanrolear, las guitarras herederas de Chuck Berry y los Stones se abren paso y a uno le viene en mente esa forma de tocar tan sucia y polvorienta de The Strokes. Finalmente con “Be Brave” te llevan al huerto y te enamoran, ya no hay marcha atrás, esta sí es una canción para escuchar follando, qué grande, qué orgásmica y adormilada, me encanta todo de ella, me encanta ese saxo enloquecido, extasiado y con resaca que se asoma a lo loco. Buenísima. Después de esto todo lo que llega es bien venido, “Between us” es una muy buena baladita, “Night Migth” remite directamente al joven Lou Reed componiendo sus primeras cosas para la Velvet, y por ejemplo “Dare I say” tiene ese toque Kinky que tanto me gusta. Señoras y señores he aquí un discazo.
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