I wanna be like Don Draper
Peazo de seriaca, coño. Mad Men es de lo mejorcito que he visto en mi vida en cuestión de series televisivas. Una puta joya tanto por el guión como por su puesta en escena, como por los personajes y la interpretación. Ni un solo pero se le puede poner a esta producción de AMC que ya lleva la friolera de tres temporadas sin perder pistonada. Ayer mismo me pegué una tremenda maratón para terminar este estupendo tercer acto que se mueve a nivel histórico en el momento del asesinato de Kennedy y en la lucha por la igualdad que encabezó Martin Luther King. Pero lo importante en este caso es todo lo que gira alrededor del protagonista Don Draper, de su mundo interior y de su vida llena de infelicidad a pesar de tener todo lo que un hombre puede llegar a desear. Por cierto, el último capítulo de la temporada tres es pura dinamita, dejándonos con la boca abierta y con una extraña sensación de ansiedad en espera de la cuarta temporada que no tiene pinta de aparecer en nuestros hogares antes de final de año, así que tendremos que pasar con lo que sea hasta esa fecha, un buen sustituto será sin duda la serie del tocomocho, en la que parece que pasa de todo y no pasa nada, y es aquí donde radica su éxito, hablo claro de Lost que estrena “Ya” su última temporada que supongo yo defraudará a todos por igual pues es una de esas series que te engancha hasta más no poder, te crea expectativas y no resuelve nada la muy hijaputa. Ayer, también pude ver el primer episodio de la serie de HBO “Bored to death” protagonizada por Jason Swartzman que nos cuenta la vida de un escritor judío de NY acabado y al que le ha dejado la novia que para escribir su segunda novela e inspirarse se hace pasar por detective amateur. Buff, de momento es flojita, flojita. Bueno, pues nada, que no se puede encontrar un personaje tan bien hecho, tan bien interpretado y tan complejo como Draper, mi auténtico ídolo televisivo.
Esplèndida sèrie, i encara més esplèndid el capítol final. Per fi podrem comentar-lo!
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