

El disco comienza con un ritmo electrónico y algo de rap adormilado con “368”, un ritmo pegajoso, un violín de fondo y un estribillo demoledor protagonizado por una voz electrónica infantil que nos remite a los mejores ochenta. “Hocos pocus” nos devuelve al Jamie T de “Panic Prevention”, una canción magnífica al igual que el single de presentación “Stick’n’stones”, ambas canciones juegan con el rock de guitarras, letras punzantes y estribillos pegajosos. Dos cancionacas que nos hacen ver con claridad que estamos delante de un discazo de tomo y lomo. En “The man’s machine” aparece otra vez un nuevo aroma, un nuevo sonido con ese pianito y esa voz de fondo que nos prepara para una alucinante canción de hip-hop donde reina un estribillo poderoso, sin duda una de las mejores del disco. Para añadir más ingredientes al cocktail Jamie nos entrega una pieza folk muy al estilo del mejor Pete Doherty en formato acústico, un bellezón de canción. Después de esta pequeña pausa unos coros popis entran en escena junto a un estribillo feliz y veraniego para hacernos disfrutar con “Chaka demus”, el segundo single del disco, sin duda podría haber aparecido en su primer álbum. “Spider’s web” nos sorprende por su mezcla de estilos, con esa guitarra folk que se va acelerando para acabar en una juerga de taberna gritando a grito pelao el estribillo, joder, como me gusta cantar el estribillo en la ducha, qué grande. La crítica social aparece en la estupenda “Castro dies”, una marca de la casa que se acerca a las mejores composiciones de Gorillaz (o incluso las supera, diría yo) y de paso da paso a la que para mí es la mejor canción del disco “Earth, wind & fire”, que empieza con una voz femenina de los cincuenta, luego se abre paso el rapeado de Jamie T y luego un estribillo discotequero de los ochenta rompedor y maravilloso nos atraviesa el corazón homenajeando en algún momento al grupo al que hace referencia el título de la canción. En “British intellinge” aparece la herencia de los Clash o los Jam que ha mamado todo inglesito de los barrios bajos que se precie, esas guitarras de fondo a lo Johnny Marr no tienen desperdicio, y es que esta es sin duda la más inglesa canción de todas las que aparecen en el disco, un pelotazo inconmensurable. Y para finalizar “Jilly Armeen” otra canción folk de esas que suele hacer Devendra y que a Jamie parece no costarle nada, una canción preciosa para finalizar un discazo que seguro que estará entre mis preferidos del año y que al igual que su predecesor se ha convertido ya en todo un clásico, un clásico nikochiano.
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