Black Joe Lewis & The Honeybears: "Tell’em What Your Name Is” (2009)

Hallelujah!!! El soul ha vuelto, hermanos. Hallelujah!!! Y ha vuelto para hacernos felices, para hacernos disfrutar y revivir a los grandes del género. Hallelujah!!! Ha vuelto el soul de toda la vida gracias a una nueva camada de jóvenes talentosos que no pretenden inventar nada nuevo porque no hace falta, todo lo bueno se inventó hace mucho tiempo y aquel soul de Otis Redding, Wilson Picket, Sam Cooke o Joe Tex ha sido rescatado de las profundidades mezclado con sabiduría con el rock simplón y excitante a la par que imprescindible de Chuck Berry o el mismísimo Bo Diddley y por supuesto aderezado como mandan los cánones con el mejor funky de James Brown. Hallelujah!!! El soul ha vuelto, hermanos.

“Tell’em What Your Name Is” (2009): 1.- Gunpowder; 2.- Sugarfoot; 3.- I’m Broke; 4.- Big Booty Woman; 5.- Boggie; 6.- Master Sold My Baby; 7.- Get Yo Shit; 8.- Humping; 9.- Bobby Boshay; 10.- Please Pt.Two

Hace poco encumbraba al joven blanquito Eli “Paperboy” Reed y sus True Loves que el año pasado me hicieron disfrutar como un puto loco pero ahora descubro con una tremebunda alegría la aparición de ese flaquito negrito tejano llamado Black Joe Lewis que viene acompañado por los Honeybears, una banda escandalosamente buena que a diferencia de los True Loves de Eli está plagada de blanquitos con gafas de pasta a excepción del negrata del saxofón que es una puta bestia parda. El disco “Tell’em What Your Name Is” es una fiesta continua, el tipo canta como un diablo enloquecido, la banda está engrasada a tope, el ambiente se calienta, se pone sexy y a un marcianito como yo le da la trempera, qué grande coño. “Gunpowder” abre el disco con una guitarra rocanrolera, un organillo desbocado y una trompetas y saxos funkis a tope dando entrada a la voz salvaje de Joe, una sincera, clara y convincente declaración de intenciones, “Sugarfoot” sigue en la senda del funki, viva James Brown!!!, y “I’m broke” que es simplemente perfecta. Un inicio demoledor como todo el disco que en ningún momento baja el pistón ni el ritmo endiablado, sino me creéis poneros a escuchar “Boogie”, rayos y centellas que pelotazo, o “Master sold my baby” más cercana al rocanrol de lo que uno hubiese imaginado, y es que la mezcla de estilos está muy presente tomando como referencia claro está las tabernas de Nueva Orleans. Discazo, hermanos, discazo. El soul ha vuelto para rescatarnos del aburrimiento y la mediocridad. Hallelujah!!!

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