Reflexiones en el WC

En este preciso instante sentado en la taza del WC de la marca Roca, habitual en los hogares catalanes, con los pantalones y calzoncillos a la altura de los tobillos y mientras miro los dibujos de las baldosas del suelo buscando extrañas figuras y respuestas a los problemas del mundo, pienso que desde la isla nikochiana a veces nos metemos con el gafapastismo sin pensar que en algún momento de nuestras vidas o en muchos momentos, hemos caído en lo mismo, a pesar de no llevar gafas. Nos dejamos arrastrar por lo hypes de turno, las modas pasajeras y otras mandangas varias, pero al final, y por suerte, nos damos cuenta que siempre hemos sido conscientes de que todo eso era un enorme y maloliente buff pasajero, y te sueles dar cuenta cuando vuelves al redil y escuchas a Crosby, Stills & Nash y no a los Franz Ferdinand, cuando escuchas un discazo de Elvis (Presley, claro) y no de Richard Hawley, cuando escuchas el último disco del Boss y te das cuenta que a pesar de ser uno de sus peores trabajos supera con creces a todas las mamonadas tecnológicas que hay por el mundo, sólo con rock’n’roll, y te das la razón a ti mismo cuando vas a coger un cd y te quedas mirando aquel disco de los White Stripes pero al final pones el Exile de los Stones. Y es que Devendra nunca será Cat Stevens, ni Jack White será el nuevo Hendrix, y el amigo Pete Doherty morirá, seguro, pero nunca llegará a ser un Morrison o Cobain. Después de todo siempre hay gente con criterio, gente con un par que va a muerte con sus gustos, que no se deja influenciar, que disfruta de las cosas, que no le pone etiquetas, que no juzga si algo es muy serio, muy infantil, muy guarro, o muy parecido a no sé qué de no sé quién, hay opiniones como el blog de Guzzest, cutre pero digno. Y que decir de los filmes, pues nada, que al final todo se reduce a pasarlo bien, y dejarse de decir que si el cine alemán es bueno, que a mi me gustan las películas japonesas, o dárselas de que ahora lo que se lleva es el cine húngaro o chipriota, y es que esta gente no ha visto en su vida una película de los hermanos Marx pero tiene en un altar a Mr. Allen del que no conocen mas que tres películas y alguna de las nuevas, no han disfrutado nunca de la pareja Matthau/Lemmon. Que dicen leer dos o tres libros a la semana, que si me gusta el Código, que si La catedral de su puta madre, y no han leído nunca un solo clásico, y no es que yo sea de mucho leer, pero bueno, eso es otro dato importante, no reconocen que no leen, no lo hacen, aunque si ven la tele y mucho, son los que suelen hacer subir el share de las cadenas de telebasura. Pero eso no es lo peor, lo peor es formar parte de un grupito de amigos gafapastas, o peor, la novia de un gafapastas, y es que, que me perdone el género femenino, pero no se puede ser mas borrego, estas chicas se ven arrastradas por su compañero, el verdadero gafapastas, y junto a ellas llevan a otras amigas/os que quieren formar parte de algo chupi, genial y único, por eso van a conciertos de por ejemplo, Anthony, cuando, claro, ya ha vendido injustamente mas discos que Costello, ha salido en las películas mas pijas, pedantes, sobrevaloradas, y por otro lado galardonadas gracias a jurados gafapastiles, y entonces en el concierto se ponen a cotorrear sin dejar oír el concierto, este es un comportamiento habitual, para que van? Pues para hablar de la última entrevista de Marujita en un concierto chic de Anthony vestidas grunge-casual con sus gafas de colores. Sólo puedo decir una cosa mas: sois una puta mierda.