Clásicos nikochianos: CONEY ISLAND BABY (1976)

Lou Reed ya tenía grandes discos a cuestas pero en 1976 rizó el rizo, editó el grandísimo “Coney Island Baby” se dejó llevar por su lado mas pop y agradable, es menos glam que el increíble “Transformer”, por supuesto, y menos oscuro que el no menos grande “Berlin” pero es que hablamos de otra obra de arte de Reed, una maravilla que comienza con esa guitarrita clásica medio llorando a lo George Harrison para soltarnos un “You're the kind of person that I've been dreaming of, you're the kind of person that I always wanted to love..” estamos hablando de esa canción perfecta que es “Crazy Feeling” que definitivamente abre la puerta de par en par al discazo que vamos a escuchar a continuación, seguidamente un ritmo algo caribeño, es el inicio de “Charley’s Girl”, otra joya mágica pop, y es que este disco es pura magia, reposada, rítmica, con esos coros que recuerdan a los coros de Transformer, parece que Bowie quiere hacer un cameo como corista. La tercera, “She’s My Best Friend”, un comienzo dubitativo que recuerda vagamente al “Lisa Says” por su estructura pero que se abre camino a base de coros a lo Velvet y con unos tímidos solos de guitarra, realmente estupenda. Y entonces llega otro pelotazo, Reed se gusta, hace que nos guste y nos suelta entonces “Kicks” una canción marca de la casa, 100% Reed, guitarras finales nerviosas, un Lou nervioso, enrabiado pero manteniendo la calma, que grande, que bien suena, que temazo, le sigue “A Gift”, pues eso, un regalo de canción, esa guitarra setentera calmada, como si del cigarrito del polvo de después se tratase, y luego te despierta una guitarra rockera, sonido de rock’n’roll clásico tocado con mimo y con la voz estupenda de Lou, y unos coros que te dejan pasmado “Ooohhh Baby”, rock en estado puro. Y encarando al final del disco nos llega “Nobody's Business” con un tonito country disfrazo de rock sosegado y una guitarra blues que se cuela por doquier, una canción estupenda para culminar con “Coney Island Baby”, la canción que da nombre al álbum, y la canción que pone la guinda al pastel, mas de seis minutos de rock?, pop?, lectura musicada? arte? pues no lo sé, solo pienso que es una canción cojonuda, inmejorable, que te lleva al huerto, te hipnotiza y te deja helado, te enamora mientras te mece en sus brazos, te acaricia y luego te da un cachete, ese es Lou Reed, su esencia, y este disco aunque con pocas canciones es uno de sus mejores trabajos, sino el mejor, dependiendo como te coja anímicamente, obra maestra, indispensable y melancólico, un auténtico clásico, un clásico nikochiano.