Todo esto que explico está muy bien pero si a todos aquellos que vivimos aquellos días nos preguntasen qué disco nos sabemos de pé a pá, cual de ellos es ese disco que nos sedujo por aquellos años creo que me equivocaría muy poco si apostase por “Moseley Shoals” (1996) de Ocean Colour Scene. La banda formada en Birminghan por Steve Cradok, Simon Fowler, Oscar Harrison y Damon Minchella no se comió un colín precisamente con su primer disco. Todo un fiasco comercial que a punto estuvo de hacerla desaparecer. Años de penurias y de enormes dificultades hasta que por suerte fueron adoptados por el Modfather quién les presentó a los hermanos Gallagher que al final tendrían la llave (sobretodo económica y de popularidad) para que los OCS grabarán su segundo disco, y qué disco terrícolas!. “Moseley Shoals” es pura tradición inglesa. Las melodías beatle están ahí pero también el soul de los Small Faces y la rabia de los Stones, sin dejar de lado esos riffs electrizantes de los Who, todo bien ligado por el Modfather y dotado con el buen hacer del señor Noel Gallagher que por aquel entonces estaba en estado de gracia. Se les puede criticar por aquello de que suenan rabiosamente a revival, y no podemos obviar que sus dos cabezas visibles aún siendo grandísimos artistas carecen de ese atractivo innato para el público que sí tenían Albarn, Cocker o los dichosos hermanitos. A pesar de esto estamos ante uno de los discos más grandes de los noventa, un disco que al menos en mi caso se grabó en mi cerebelo para la eternidad.
Pero basta ya de cháchara. Basta ya de darle vueltas al tema, pasemos directamente al chuletón porque a mi la ensalada ni fú ni fa. “Moseley Shoals” empieza con un cañonazo en el estómago, un riff zeppeliano de tres pares de cojones de esos inolvidables y que perdurará en la galaxia eternamente, luego entra la voz de Fowler y nos derrite. Temazo del copón bendito. Obra maestra de casi cinco minutos de duración. Luego viene una de esas piezas que prácticamente va ligada a la anterior y que es imposible escuchar de forma separada. “The day we caught the train” empieza dulce, beatleliana a tope con un toque al “walrus” que no se lo salta un galgo. Otra maravilla. Y ese final, para gritar a pechopalomo: oh-oooooh la la la, oh-ooooh la la la!. Ahora mismo la estoy escuchando y tengo los pelos de punta. Llega la explosiva y mod “The Circle” con Weller a la guitarra (y eso se nota, coño si se nota), además de aquí el Modfather toca el órgano en “The riverboat song” y el piano y un canturreo en “One for the road”. Sí, una tonadilla puro Weller, otro clásico, y ya van tres del tirón. No, no es una compilación. Es un LP descomunal. Los OCS deciden darnos un respiro con algunas preciosas baladillas y otros fantásticos mediotiempos. “Lining your pockets” es un caramelito, es preciosa, bonica del to. Esta parte del disco siempre me pareció perfecta con esa melodía irresistible e inolvidable. A todo esto llega “Fleeting mind” que es una de mis favoritas, de las de tapadillo, y que si uno se fija un poquito tuvo una influencia devastadora en grupos que vinieron después tipo Travis o Coldplay. Algo de vidilla nos devuelven con esa juguetona “40 Past Midnight” algo más stoniana, algo más “cuervo negro”. Descomunal de principio a fin.
La segunda parte del disco la abre “One for the road” junto a Weller. Otro temazo de cabecera de los noventa. Canción perfecta de principio a fin. Redonda, con estribillo bañado en oro incluido. “It's my shadow” me derrite toa toa, no tengo palabras: “"When you find that things are getting wild is that the hardest smile that you can ever feel...". “Police and Pirates” a pesar de tener ese título que hubiesen firmado los Who tiene mucho de Stone, y de Who, claro. Un rabioso tema que tiene el tonillo mod de fondo y que con las escuchas se convierte en uno de los temas favoritos del disco. El final del álbum nos lo enseña el baladón “The downstream” a la que le sigue “You’ve got it bad” que es pura psicodélia beatleliana, puro sixities, pura magia…. Cierran el chiringuito con los ocho minutazos de “Get Away” que es un despiporre musical, épico y demoledor. En 1996 Ocean Colour Scene firmaron tal vez su mejor disco, un disco que suena a muchas otras cosas que amamos, suena a Beatles y a Stones, no se olvidan del toque mod y abren nuevas sonoridades para grupos que aparecerían a finales de los noventa. Un despliegue mágico de melodías que marcaron época. Un disco que merece estar en lo más alto del podium de la década de los noventa.
Ocean Colour Scene - "Moseley Shoals" (1996)
9/10
01.- The Riverboat Song/ 02.- The Day We Caught the Train/ 03.- The Circle/ 04.- Lining Your Pockets/ 05.- Fleeting Mind/ 06.- 40 Past Midnight/ 07.- One for the Road/ 08.- It's My Shadow/ 09.- Policemen and Pirates/ 10.- The Downstream/ 11.- You've Got It Bad/ 12.- Get Away.
* post aparecido originalmente en "Exile: subterranean homesick magazine" por Nikochan
Par mi un 10 y en la edicion doble con las b sides un 11 . Uno de los mejores álbumes de los 90
ResponderEliminarEsto igual te interesa http://countdownbooks.com/dir/?page_id=321
ResponderEliminarUn disco al que le tengo un cariño especial y una banda a reivindicar, clásica pero de una calidad indiscutible. Y sí, ese enlace me interesa. Gracias Bernardo.
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