Estoy de enhorabuena con esto de los
films. Me estoy poniendo al día ya que Arlet antes de las
diez ya está durmiendo y se levanta (del tirón! Oj, no me lo puedo
creer) más o menos a las ocho y media del día siguiente. Lujazo que
estamos aprovechando la Nikochana y yo para cenarnos cada noche un
flim. Ayer le tocó el turno a la pelicula de Steve McQueen (no el
mítico actor, coñe, que vaya susto nos daría si se levantase de la
tumba para hacer de director) que estuvo en boca de todos allá por
el 2011 y que un servidor tenía guardada en su disco duro desde hace
muchísimo tiempo. “Shame” lleva por nombre la película y está
protagonizada por el ahora famosísimo y deseado Michael Fassbender,
yo antes de esto no lo conocía, esa es la verdad verdadera. La película empieza de putísima
madre pero a mi me da por culo desde el minuto cinco. Vamos a ver, a
mi señora le alegra un montón que el amigo Fassbender enseñe el
miembro sin pudor alguno pero, vamos a ver ángel de Dios, no hagas
eso Michael, que me humillas coño. Que yo soy de pito pequeño y
coquetón, no me jodas hombre! Así que durante todo el film tuve en la cabeza
el pollón del zagal, vale que en el film hay mucho
folleteo con zagalas que también están requetebuenas, joder, pero es que con ese miembro no se puede competir, al menos un servidor. Será por eso que todas las
productoras le están ofreciendo grandes papeles? Yo que sé, dejemos
el tema “tranca” y vamos a por el film.... Es un film fascinante,
de esos que me gustan (y no, no es por las pollas, que yo soy mu
hombre!), de esos que no se pasan todo el rato explicándote que está
pasando con los personajes, la verdad es que en este caso tienes que
averiguar más o menos que cojones les pasa a los protagonistas
exactamente, bueno, que les pasó, para hacer lo que hacen, yo tengo
mi teoría pasada de vueltas (piensa mal y acertarás!) pero ya os la
diré otro día. El film nos trasmite un torrente de emociones
perpetuo, dolor y vergüenza, mucha vergüenza por como se es y
hasta donde puede llegar uno con sus adicciones y excesos con las que
ahogar temores y los más oscuros miedos. Tremendo film amigos
terrícolas del que no os pienso contar la sinopsis ni de coña, sólo
que al prota se le ve el pollón, que hay sexo a raudales y que os
va a mantener hipnóticamente incómodos durante todo su metraje. Una
dolorosa gozada de film.
Entonces yo no la puedo ver, que soy carne de complejo y además mañana ingreso en las Clarisas. Bueno, no ingreso en las Clarisas, ni tan siquiera en las Trinitarias, I'm a man, como decía Muddy, pero para la vida que llevo, me temo que lo único que me falta es el monasterio como tal y no este bendito piso en mi Torre del Sonido que no veas ahora en verano cómo se calienta esta última planta. Además, lo mejor es que le saquemos algún defecto al abusón ese del Fasbender y le hagamos sangre con él, para que no vaya tan de sobrao. Cuidese!!
ResponderEliminarVale la pena, por como explica el tema, y no solo por el Fassbender (el hombre que lo hace todo). De acuerdo con todo, y tambien con su sra.
ResponderEliminarKSS
Esta ya es posible que la vea, si... Lo peor con el Fassbender ese es que ni siquiera te queda el consuelo de lo de "si vale, muy guaperas, pero vaya actor más cutre"... Y es que el tio es un puto crack en su oficio. Qué asco que da... Exijo la aparición de Marty Feldman en tu próximo posteo cinero !
ResponderEliminarUn desnudo frontal de Marty sería probablemente el acabose, acabaríamos todos con su mirada hipnótica!
ResponderEliminarA mí también me gustó, Niko, pero la vi algo artificial y afectada; por desgracia, el lenguaje publicitario —tan zafio y falso— se ha colado hasta en el buen cine, y es algo que me pone negro. Pero es cierto que la película consigue transmitir el mal rollo del protagonista, atrapado por la sociedad tan nihilista que hemos construido animados por el neoliberalismo. Y el actor, eso sí, buenísimo, envidia de muchos en todos los sentidos, je je je.
ResponderEliminarUn abrazo.