Hace ya unos tropecientos años mi hermanito mayor dejó el
lecho materno dejándome más tirado que a una colilla y comenzó su aventura
adulta en este mundo. Lo suyo fue un atrevimiento inusitado, mucha valentía y
agallas para tan poco cuerpo demostró, por no decir vulgarmente dos pares de
cojones. A mí, su marcha me dejó bastante tocado anímicamente. Ya no era lo
mismo. Ya no había pelea por ir al baño, escoger película, o simplemente
apostarnos quién haría las tareas domésticas con algún juego. Normalmente yo
perdía y me toca fregar. Por otro lado cada vez que nos veíamos (que era muy a
menudo) me sorprendía con su enésimo descubrimiento, normalmente cantautores
folk-rock que hice míos y él ha acabado más o menos olvidando, o no. De entre
aquellos descubrimientos le debo mucho. Le debo Sam Beam y sus Iron & Wine,
le debo a Kurt Wagner y sus Lambchop, le debo a M. Ward? No no, ese es cosecha
propia pero sí a Josh Rouse y al otro Josh, a Ritter. El primer encontronazo
con Ritter fue “Golden Age of Radio” (2001) que no caló en su momento (ahora lo
considero una POM como la copa de un pino) por estar yo liado en el mundo Brit.
Sí caló la segunda propuesta que llegó de mano de Black Meeple. Aquel “Hello
Starling” es delicioso, aún hoy al escucharlo y os va a sonar raro pero me vienen
sensaciones pasadas, olores, pensamientos... no sé como explicarlo pero así es,
notas y memorias de días pasados y bonitos. Desde entonces sigo la pista a
Ritter y la verdad es que sólo le veo crecer y crecer como compositor. Para mí
son indispensables “The Animal Years” (2006), “The Historical Conquest of Josh
Ritter” (2007), “Son Runs The World Away” (2010) y como no su nueva propuesta,
este “ The Beast in its Tracks” que a la primera escucha te puede dejar algo
tibio pero a la segunda te hace suyo sin compasión. Precioso disco, otro más,
con toques agridulces pues podría considerarse disco de ruptura al divorciarse
Josh durante el proceso de creación/grabación. No ha inventado la pólvora ni lo
hará, su música es heredera de Dylan, Cash y sobretodo del buen hacer del
pequeñín Paul Simon, y por ahí se mueve. Voz estupenda, melodías de lujo y
atmósfera bonica del to.
Josh Ritter
- “The Beast in its Tracks” (2013): 01.- Third Arm/ 02.- Evil Eye/ 03.- A Certain
Light/ 04.- Hopeful/ 05.- Nightmares/ 06.- New Lover/ 07.- Heart's Ease/ 08.-
In Your Arms Again/ 09.- The Appleblossom Rag/ 10.- Bonfire/ 11.- In Your Arms
Awhile/ 12.- Joy To Your Baby/ 13-. Lights.
Álbum de ruptura para Ritter. Álbum maravilloso para
nosotros. Tristeza? Melancolía? Yo diría nostalgia. Eso es lo que siento al
escucharlo. En cualquier caso estamos ante un gran álbum, de esos que
particularmente se convierten en mis favoritos del año y luego las revistas
puntúan con un seis y se quedan tan panchas. No lo entenderé nunca. De entrada
el disco abre como viene siendo habitual con una canción “intro” que puede ser
instrumental o no, pero que suele ser cortita. Esta vez un minuto magnífico al más
puro estilo M. Ward. Al oír la canción ya sé que el disco me va a gustar. Luego
empieza la traca. “Evil eye” es simplemente una obra maestra hecha canción. Notamos
como tiene dominado el arte de hacer canciones a lo Paul Simon. Preciosas melodías,
punteos folk y por supuesto hu-hu-huuuus, y ese final “evel eeeeeeeeeeeeeyee”. Piel
de gallina. La dylaniana “A
certain light” se apodera de mi alma
y mi corazón: "My new lover, sweet and kind. The kind of lover that one
rarely finds and I'm happy for the first time, in a long time...". Folk
de alto copete. Luego llega la que a priori es mi favorita del paquete. Una
100% Ritter, una marca de la casa. Esa “Hopeful” es preciosa: “and she’s hopeful, hoooooopeful for me, I’m
coming out of the darks clouds…”. Ooooooooh! Me encanta este tipo, este
disco, esta canción! A sus pies Josh! Y si la cosa piensas que puede empezar a
decaer llega “Nightmares” y alucinas. Qué guitarrita!!!! Y esta sí que sí, esta
no nos extrañaría que fuese una toma perdida de Simon & Garfunkel, es más,
si la imaginas cantada por ellos resulta que es una de sus mejores canciones. Y
“New Lover”? pues otra de las canciones del disco. Muy M.Ward otra vez, muy
deje Dylan como siempre sin perder los toques de Simon. Tremendamente brutal. Ya
sé que soy pesado pero a eso suena, y suena fantástico no os voy a engañar, si
os gustan esos otros cantantes adoraréis a Ritter, al menos en este disco. Estaba
dispuesto a enrollarme como una persiana pero no voy a decir nada más
interesante, es difícil describir la belleza, más aún cuando uno la siente
suya, cuando le ha llegado al corazón. Este disco es obra maestra del folk del
2013. Y eso que aún me quedaban unas cuantas canciones fantásticas que
recomendaros, por ejemplo “Heart’s ease” me recuerda sin parecerse al “Percy”
kinkiniano, “The Appleblossom rag” es esa balada celtoíde que me vuelve loco y “Bonfire”
que vuelve a sonar a Simon me parece un caramelito. De las restantes está claro
que tengo que destacar “Joy to you baby” a pesar que su inicio sea prácticamente
igual que el “Cold hands warm heart” de Brendan Benson, canción que por cierto adoro, y lo de “Lights” que
cierra el disco es para dar palmas con las orejas, con eso os digo todo. Discazo
de la muerte, y posiblemente obra indispensable de este año para aquellos que
nos pirramos por el folk. Este mes doble sesión de "Joshs", a cual mejor. Yo por eso, me quedo con Ritter.
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