Eterna, el final de la trilogía de la oscuridad

Últimamente los guionistas de esto del cine y televisión están tirando demasiado de Zombies y Vampiros. Ambos nunca pasan de moda y siempre están en el candelero. Personalmente soy más de Vampiros, tienen más clase y sex appeal aunque también es verdad que los productos relacionados con ambos engendros han tenido un plus de calidad en los últimos años cuando los Zombies han tenido protagonismo. Sean muertos vivientes, zombies o infectados, éstos han tenido su dosis de tremenda calidad, en la tele con “Walking Dead” o en la gran pantalla con por ejemplo “28 days later” y su secuela “28 weeks later”, y no querría dejar sin comentar la descacharrante “Zombieland”. Así pues por enésima vez los zombies se pusieron de moda, y no le quedó otra a los vampiros que contraatacar aunque la calidad de los productos rozara la regulería: llámense “Blades”, “Underworlds” o la patética y adolescente “Twilight”, bueno “Daybreakers” con el sosaínas de Etahn Hawke estaba pasable. Y ya no hablo de las series de medio pelo para televisión porque son tan patéticas que dan ganas de vomitar, bueno, yo soy fan de “True Blood” porque es tan absurda, sexi y alucinada que me encanta, como un día dije, en la serie se folla normalmente y si no saben que hacer pues también, luego están, claro, los “Diarios de vampiros” que podríamos emparentar con la saga “Crepúsculo”. Vampiros jóvenes y sobradamente preparados. Para la zagalada pija. Y es que, si eres un vampiro, que eres inmortal y toda esa mandanga, para qué cojones vas al instituto? Y encima a “diurno”!!!, hay que ser tontaco. Menudo guionista avispado, seguro que pensó: “Lo van a flipar!” y sí, las niñicas lo flipan. Por suerte aún quedan por el mundo directores, guionistas o escritores frikis de cojones que quieren devolver la honrilla al género vampírico. Guillermo del Toro es uno de ellos, y aunque su “Blade” no mata, entretiene como una cosa mala. Suerte que se alió con Chuk Hogan y a cuatro manos se pusieron a parir la llamada “Trilogía de la Oscuridad” que hoy mismo estoy a punto de acabar, sólo me faltan unas cuantas páginas de “Eterna” y finiquito el tema.

La Trilogía de la Oscuridad de Del Toro y Hogan consta obviamente de tres volúmenes o qué pensabáis que serían cuatro?  Nocturna, Oscura y Eterna forman esta trilogía que parece haber sido escrita para llevarse al cine o la televisión (ojalá!) de manos de HBO. Se coge toda la mitología vampírica y se moderniza sin escatimar en violencia, terror y algo de “sang i fetge”, faltaría más. También está lo del “universo Del Toro”, hay cachivaches, vampiros que soportan la luz, antihéroes, humanos diabólicos, mexicanos cabrones y... bueno, una mezcla de Blade, Cronos, el clásico de Bram Stoker y un poco de todo, desde campos de concentración a criaturas enfermizas y sanguinarias. Todo se lee en un plis plas y tiene buen ritmo. Si te gustan los vampiros esta es tu trilogía, claro que a nivel literario no esperéis tampoco gran cosa. No tiene la calidad de por ejemplo “Puerto Humano” que comenté hace poquito pero, joder, la cosa engancha de lo lindo. En pocas palabras la cosa va de que hay siete grandes vampiros, jefes de familias, repartidos por el mundo. Uno de los siete, el Amo, consigue eliminar al resto y provocar una catástrofe planetaria consiguiendo ser la especie dominante del planeta y “criando” a los humanos en granjas/campos de concentración. Hay la resistencia de turno, con su antihéroe muy bien parido y una serie de personajes carismáticos que intentarán luchar contra el Amo, aunque lo tengan chunguísimo. Esto es todo. Así de fácil. o esperábais el “Gran Gatsby”? Hay lo que hay, y cumple su función de “blockbuster” veraniego. Claro que yo espero como dije su adaptación al cine o televisión de la mano de Del Toro que es el que ha parido todo el tinglado. Si os van los vampiros, os gusta Del Toro y estáis cansados de que los vampiros de hoy en día se pongan cremas para las espinillas no dudéis, y haceros con esta trilogía, si no es así, pues seguid a lo vuestro, los vampiros pueden esperaros toda la eternidad.