Dr Dog: Be the Void (2012)

A finales del 2008 llegó a mis manos el increíble álbum “Fate” del grupo de Philadelphia Dr.Dog y la verdad es que quedé completamente enamorado de su música. Flechazo. Amor eterno. Yo creo en eso qué le vamos a hacer. El grupo formado por Toby Leaman (bass), Scott McMicken (lead guitar), Frank McElroy (rhythm guitar), Zach Miller (keyboard), y Eric Slick (drums) bebe directamente de las tres grandes B's (Band, Beatles y Beach Boys) o eso dicen los críticos musicales aunque tienden como es obvio a decantarse por los de Liverpool. Todos los componentes componen aunque firmen la autoría de las canciones como grupo, todos hacen perfectas armonías vocales y la voz cantante está repartida entre Leaman y McMicken. Leaman tiene una voz más grave que le da algo más para rockear y rascarse las vestiduras y el pequeño McMicken tiene una voz de lo más característica auque si tuviese que buscarle un parecido me atrevería a decir que suena como si Paul Simon se pusiese una pinza en la nariz. No tengo predilección en términos generales por alguno de los dos, suelen repartirse muy bien los temas y normalmente el estilo de cada uno queda bastante claro, tanto de uno como de otro hay cojonudísimas piezas. Ya digo que “Fate” me engatusó del todo, desde la portada a su contenido pues con piezas como “Hang on”, “The Ark”, “The old days”, “Uncovering the old” y “The beach” tenían a este humilde marcianito a sus pies. A partir de aquí, como siempre, la tarea de mirar para atrás: fantásticos e imprecindibles “Easy Beat” (2005) y “We all belong” (2007), sobretodo el primero. Pero la repanocha llegó en 2010 con “Shame, shame”. La muestra es que fue mi disco favorito de aquel año. Oh! Tenía por ejemplo “Shadow people” con Auerbach, “Unbearable why”, “Mirror mirror”, “Where'd all the time go?”... Tremendísimo.

A todas estas, se entera uno allá por diciembre del 2011 que el perruno doctor saca disco en febrero. Ah! Me pongo nervioso e intento conseguir el disco antes que nadie por la via criminal si es que es menester, entonces detienen a Mr Dotcom y me acojono vivo, me joden las series y la música? No hija noooo! Como diría el gran Ozores. Consigo el disco y me engancho a él como un puto yonqui, luego voy a comprármelo al Fnac el otro día y no es que no lo tuviesen, es que no tenían ninguno de ellos, la verdad es que para ellos el grupo no existe. Donde están los especialistas del pequeño comercio? Nos han jodido las macrosuperfícies! pero ese es otro tema. Sí. Hay un cambio en el disco. Pequeño pero muy claro. Hay sintetizadores. Hay ruiditos. Pero no molestan. No se abusa de ello. Adornan bien el paquete, lo visten con buen gusto y saber hacer. Debajo de todo ello, como es obvio, siguen estando los mismos mimbres, el mismo amor por la melodía pop, se sigue bebiendo de las mismas fuentes. Dr Dog no son un grupo con un éxito rotundo, puede que nunca les llegue el éxito masivo aunque a Wilco le llegó con un disco de ruiditos ahora que pienso, pero a los de Philadelphia no creo que les pase. Son unos orfebres de la canción, unos currantes que van pasito a pasito, lo tienen claro y avanzan convencidos de la calidad que entregan. No sé si este disco es su mejor disco. Hoy para mí sí lo es. Es espectacular, hijos míos, de principio a fin. Y por primera vez y sin que sirva de precedente las canciones cantadas por Leaman son mis favoritas. Ostias. Como me enrollo. Vamos con “Be the Void” pues...

Dr Dog – “Be the Void” (2012): 01.- Lonesome/ 02.- That Old Black Hole/ 03.- These Days/ 04.- How Long Must I Wait/ 05.- Get Away/ 06.- Do the Trick/ 07.- Vampire/ 08.- Heavy Light/ 09.- Big Girl/ 10.- Over Here, Over There/ 11.- Warrior Man/ 12.- Turning the Century.

La liturgia de la primera escucha de un disco me encanta aunque rara vez ya mi primera escucha coincide con la compra del mismo, de todas maneras desempaquetar, abrir e inspeccionar el disco (a veces, hasta olerlo) es para mi un placer indescriptible, más aún si la portada es tan bella como en el caso que nos ocupa. “Lonesome” abre la experiencia perruna y a mí se me dibuja una sonrisilla picarona de placer y de gusto, qué melodía señores, que saber hacer, que ritmillo. Zas! En toda la boca. Lo han conseguido, ya me he bajado los pantalones y les espero en el catre, otra vez más me tienen a la primera. Me estaré volviendo facilona? El single “Old black hole” es el siguiente en aparecer y el pequeñín pelopanocha está que se sale con esa tonadilla pop perfecta y adictiva. “These days” es de lo más radiable y pegadiza, puro Doctor Dog aunque yo los prefiero como en “How long must I wait” que tiene ese magnífico inicio, hipnótico y un estribillo delicioso. Parece que con este inicio de disco han encontrado un equilibrio entre “Easy beat” y “Shame shame”, han madurado pero suenan igual de frescos que el primer día. El amigo Leaman nos regala un “Get away” que se convierte en una de mis favoritas del disco, con ese increscendo constante y esos coros para gritar a pecho palomo en un bar con amiguetes o en un estadio a reventar. Me encanta esta canción. Como ya os dije, hay ruiditos y sintetizadores, “Do the trick” es un ejemplo, también lo es de cómo introducirlos con éxito aunque es una de las canciones flojas del disco además al caer entre "Get away” y la que tal vez es la cancionaca del disco, “Vampire”, le quita protagonismo.

“Vampire” es un lujo, un placer, un despipórrense de Leaman. Como rockea el tipo! Después del subidón, ojo!, al principio “Heavy light” no me convenció pero ahora su sonido ochentero heredero del tropicalismo de la última época de las cabezas parlantes de Byrne aderezado con un algo de Simon dejan en ridículo a los Vampire Weekend sin desmelenarse. Qué canción!, la Virgen santa! La canto a todas horas, se ha instalado en mi cerebelo. Lujazo! El pop de “Big Girl” es un placer, me encanta ese “Sha-na-na-na-na…”, otra para tararear a todas horas que por cierto tiene una guitarrita por ahí que recuerda mucho a los Beatles o para citar a alguien más cercano suena a Wilco que ni os cuento. Y es que cuando un disco tiene tantas canciones que te vienen a la cabeza por algo será, han dado en el clavo (one more time) con esta colección de canciones. El final del disco se acerca con una tripleta espectacular: “Over here, over there”, “Warrior man” y “Turning the Century”. De las tres “Warrior man” es la mejor, y tal vez es de las mejores del disco, disco al que representa con su estilo, sus formas, su fuerza, su melodía, sus guitarras, sus ruiditos… Si alguna canción resume el disco a la perfección es ésta. Como no, huele a Beatle que ni os cuento. Para cerrar el folki sencillo de “Turning the Century” y a dormir. Qué queréis que os diga, soy un fan incondicional de Dr Dog, no soy objetivo pero con este disco sonando una y otra vez en casa sólo puede llevarme a apostar por él como firme candidato a lo mejor del año para un servidor. Alegría inmensa que existan aún grupos minoritarios de inmensa calidad como Dr Dog. Gracias amigos por los servicios prestados.