Chester, Kurt, Rouse y lo mal que le sienta a algunos la sangría‏

Recuerdo a mi hermano en el invierno del 2003 decirme una y otra vez que se había comprado un discarro a ciegas que lo tenía loco. Una obra perfecta pop que rememoraba ese romanticismo popero de los setenta titulado 1972. Me convenció y enloquecí. Acabamos cada uno con una copia y con dos entradas para verle un domingo después del fútbol. Aquel día en el campo de los Pericos, nos nevó a las apenas doscientas personas que pagamos por ver un Espanyol-Valencia en el triste y difunto Estadi Olimpic. Lo pasamos bien metiéndonos con Cañizares los 90 minutos. Ganamos. Salimos e hicimos unas cervecitas. Entramos a la sala pequeña del Razzmatazz después de subir por unas escalerillas. Allí no había más gente que en el partido de fútbol. Vamos, que el amigo Josh Rouse tenía menos tirón por entonces que el Espanyol de Barcelona. En primera fila asistimos a un exhibición de un joven prometedor y delgado Josh que nos deleitó con su 1972 de cabo a rabo. Miniconciertazo! Y así surgió mi historia de amor con Rouse. Piqué en sus disco anteriores, ojo con "Under cold blue stars" (2002) que es una delicia y luego le seguí con el pop de "Nashville" (2005) pero con "Subtítulo" (2006) me dejó frío y a partir de aquí sólo entregó regulerías. No ayudó en nada el concierto de geriátrico que se marcó hace unos años en el Auditori y lo sonrojante que fue escuchar la letra de "Valencia". Hoy tristemente tengo que decir que Josh Rouse está acabadísimo.

Pero como dije, hubo un momento en el que Josh brilló. Parió un póker de discos muy pero que muy recomendables: "Home", "Under cold blue stars", "1972" y "Nashville". Y justo antes de ese póker descomunal, estuvo con él. Trabajó con él. Colaboró con él. ÉL es Kurt Wagner y en 2002 ya había parido grandísimos discos con Lambchop y preparaba el doble "Aw C'mon/No you c'mon". Wagner inspiró a Rouse y de su encuentro nació "Chester". Un hijo digno de sus padres. Un excelente Ep que musicalmente tiene mucho de Lamchop, sobretodo 65, pero que se adorna con la voz acaramelada de Rouse. Wagner siguió siendo grande y más adelante fue entregándonos discarro tras discarro, en cambio Rouse se mudó a Valencia siguiendo a una mujer, se quedó, probó la paella y la sangría y se nos estropeó. Lástima, hay algunas personas a las que no les sienta muy bien la sangría.