The Black Keys: El Camino (2011)

Si nos vamos a centrar en discutir si la evolución de The Black Keys es para mejor o para peor vamos apañaos. Porque para gustos, colores. Yo descubrí a este par de pájaros de Akron (Ohio) hace muchos años coincidiendo con la salida de su disco del 2004 "Rubber Factory" gracias a la versión de los Kinks que contenía, una estupenda "Act Nice and Gentle", más o menos cuando a Jack White le comenzaron a chupar el miembro a cada paso que daba después de aquel soberbio "Elephant" y cuando los Strokes nos confirmaron con "Room on fire" que eran un hype, flor de un día. Eso es lo que escuchaba por aquel entonces, y por eso, creo yo, fue fácil caer en las redes de Auerbach y Carney. Rock garagero, cochambroso, viejuno y sucio pero de una calidad pasmosa. No tardé en hacerme con sus dos primeros trabajos y finalmente "Magic Potion" del 2006 me dejó más frío que el hielo. Con esas, no cogí bien el cambio de rumbo de "Attack and release" (cazurro que es uno) aunque ahora lo disfruto como nunca, y fue el estupendísimo "Brothers" (que para mi es una puta obra maestra) el que me devolvió la fe en la banda. Ahora habrá gente que comience a decir que si eran mejor antes que ahora, que si Danger Mouse les tiene comido el cerebro, que si son más comerciales, que si quieres arroz Catalina y que si patatín que si patatán. "Brothers" era la continuación lógica y al cuadrado de "Attack and release" y este "El Camino" es la guinda del pastel. Me voy a sincerar con vosotros, yo los prefiero ahora. No es fácil decir esto, así, a la brava. Pero es la puta realidad. Con este disco han encontrado el camino entre lo viejo y lo nuevo, han sabido mezclar todo como en una mágica poción para liberarse y pasar al ataque sin olvidarse de su época en la fábrica de goma, entregando el que tal vez sea el mejor disco que han parido nunca (esto lo digo a pechopalomo porque lo llevo escuchando compulsivamente durante una semana... dentro de un añito puedo cambiar de opinión, claro, faltaría más). Rock a la antigua usanza, soul más negro que el carbón, melodías perfectas incluso a veces bailables, falsetes glameros y guitarras en ocasiones desbocadas que acaban dándonos con al menos media docena de canciones perfectas y otras tantas que no bajan del notable. Una juerga. Un despiporre. Un lujo. Que sigan evolucionando así, yo desde luego no voy a poner ninguna queja.

The Black Keys - "El Camino" (2011): 01.- Lonely Boy/ 02.- Dead and Gone/ 03.- Gold on the Ceiling/ 04.- Little Black Submarines/ 05.- Money Maker/ 06.- Run Right Back/ 07.- Sister/ 08.- Hell of a Season/ 09.- Stop Stop/ 10.- Nova Baby/ 11.- Mind Eraser.

El anticipo que nos regalaron hace más de un mes y que abre el disco es la monda. “Lonely boy” es pegadiza, es enrollada, es cool y es una canción de putísima madre. Una de esas piezas redondas que no pueden dejar indiferente a nadie y dudo que a alguien no le guste. Tal vez necesitaban, o no, una canción de esas que traspasan fronteras, culturas y gustos. Es su “Seven nation army” particular. Pues ya lo tienen. Any old time to keep me waiting. Waiting, waiting… Pero el disco no es sólo eso, la verdad es que es mucho mejor, enlazan con “Dead and gone” con unos coros glameros de la ostia y te rematan con la espectacular “Gold in the ceiling” que es de lo mejor del paquete y que seguro que a Marc Bolan no le dejaría indiferente. Como me gusta esta canción, qué lujo! qué placer! qué estribillo y qué guitarras!!! Pero amigos, entonces llega el tema del disco, el tapado, ese que se convierte fácilmente en nuestro favorito y que en directo promete ser la reostia. Vale que suena a LedZep que te cagas, y qué? “Little Black submarine” empieza modosita, muy folki con sus guitarras acústicas, con un Auerbach en estado de gracia mareando la perdiz para partirnos en dos a guitarrazo limpio un poco más tarde. Sublime. “Money Maker” suena a revival garagero, sin ir más lejos a mis amados “Greenhornes”, a mí me vale pero no es para tirar cohetes, eso que quede claro. Pronto nos devuelven esa sonrisilla a la cara con la entrada de “Run right back” que es maravillosa de principio a fin y que es la mejor definición para explicar de que va este disco. La pista de baile se abre para “Sister” que al principio no me acabó del todo pero que ahora disfruto a lo grande, aquí “Danger Mouse” no es que haya metido mano es que se ha dejado el alma, ah!, las guitarras aquí son de la muerte. En mi opinión el disco aquí da un pequeño bajón, no de calidad pero sí de sorpresa o cambio. “Hell of a Season” recuerda sus primeros tiempos, “Stop stop” podría haber estado en “Brothers” y “Nova baby”, particularmente, no me acaba de seducir. La única. Pero todo se remedia con “Mind eraser” que cierra el disco con un solo de Auerbach y unos riffs de guitarra para quitarse el sombrero. Menudo discazo, bendita evolución.