* "Tan AGUZZTITO" es la nueva, flamante y espesa sección musical de mi archienemigo Guzzest para la isla nikochiana, en exclusiva y totalmente gratuita. Después de los miles de "peros" que ha provocado lo nuevo de Wilco, Guzzest se desmarca del rebaño como es en él habitual para hacerle la contraria a todo aquel que se precie y además marearle con su discurso difícil y sumamente espeso. Espero que os guste y que Guzzest repita. Os dejo con él. Cuidadín!
"Deeper down" y "Sonny feeling"... Ese es el único botín que yo pude extraer, exiguo a más no poder, del ahora penúltimo y camellero disco de la banda de Tweedy. Y no veas lo que me escoció el asunto (aún hay días que me acuerdo y me tengo que sentar a media nalga). Wilco son, en esa categoría nunca reconocida pero que todos entendemos avezada a la justa proporción fama/calidad: la repanocha, la apuesta más firme y el caramelo al que más le dura el sabor si hablamos de bandas yanquis surgidas en el último par de décadas. Aquí el nene tiene, en dicho espacio de tiempo y lugar, en Pearl Jam su debilidad más marcada por temas generacionales (que, quieras que no, alcancé la mayoría de edad escuchando su tripleta inicial, es lógico) y también, claro, andan los Robinson al acecho (como terceros en discordia, si, pero pese a quien pese también).
Pero Wilco, sigamos, posteriores y emergidos desde las cenizas de los folk-countrescos Uncle Tupelo -como es tan sabido-, aparecieron en mi vida cual elefante en cacharrería con "summerteeth" y el anterior "being there" bajo el sobaco (el eternamente ninguneado y primero del grupo, "A.M.", lo descubrí a posteriori)... Imposible que no me dejaran huella, vaya. Qué de puta madre los dos, qué distintos entre si: uno folk-rock de altos vuelos y otro pop de cámara con mil guiños a los good old times... Imparable que decía aquél. Wilco llegaron para quedarse, sin duda (no veas lo anchos que después íbamos por la calle los que ya apostábamos por ellos como "banda a seguir seriamente " a finales del milenio pasado). Para más leña, por no poner cojones, después vino lo que vino (ya en los dos miles), en formato de tres elepés cuya fama y renombre no merecen mayor explicación por parte de (sospecho) el lector asiduo de este bloj. De verdad que me descojono bastante cuando el personal se lia en comparativas entre dichos álbumes... Sras/es: los tres son la repera al cubo y punto (la orfebrería impagable de "YHF", la encriptación -que tampoco es tanta- enrollada de "a ghost" o la lectura de Lennon según Tweedy en "sky"... todo es un maldito escándalo en cuanto a calidad... y qué canciones en cualquiera de ellos, joder). Todo el mundo adoraba a Wilco y su manera de proceder: los puristas tenían los evidentes ecos del pasado (y ponían, religiosamente, los discos de Wilco después de los de los Who en su discoteca particular), los amantes de superventas se hacían con "el disco del año" según la publicación soplapollil de turno (y lo ponían, sin vergüenza alguna, al lado de la última bosta de U2, Coldplay o Bon Jovi), y los gafapastas sonreían a su repelente manera con los "ruiditos" que también integraban de vez en cuando en su sonido (y ponían el disco al lado de "biorcs" y "radiojetos", entre demás "fieras del rocanrol")... Y en estas, cuando todo el mundo era feliz: argh, llegó el camello.
Con lo que llegamos al principio de la entrada y justo al momento antes de empezar a valorar, por mis partes, su continuación de inminente estreno dos años después de las jorobas: "The Whole Love" (2011). Ya de entrada... aviso, warning, cuidao: evitar primeras impresiones (propias o/y ajenas). Wilco no son una banda especialmente difícil pero si merecen un cierto "empape" previo (o, si se prefiere, no son los Ramones pero tampoco Zappa desatado en pleno arranque de jam lisérgica -por mentar de lo mejor de cada barrio-) y este TWL es, en resumen, un muy buen disco que, tras dos días de escuchas compulsivas, a mí ya me ha hecho olvidar casi del todo el chasco the "Wilco (the album)". Ahora iremos a cachos (trataré de ser breve) pero, para los impacientes que no quieran seguir leyendo: quuuué siiii, haceeeedme caaaso que el dijco esta muu bieeen, no hagáis el panooooli, que después tendréis que venir de aquí un tiempo con lo de "pues, ¿sabes qué?, he recuperado el disco este en serio y la verdad es que no está nada mal y...". Qué son los Wilco, joder, no os precipitéis. Dicho queda.
Y es que es fácil hacerse un lio con "todo el amor" en su inicio. "Art of almost" es extraña, si, pero de un modo harto cerebral... Da la impresión de vender vanguardismo y modernez pero, a su vez, se antoja calculada y pre-fabricada de cojones. Espontaneidad "0 patatero" vaya, y mal que empezamos... Pero, al loro, el tema se va rearmando y se remata con un minuto de guitarreo desbocado que para los que amamos a Wilco por su acepción de banda clásica y no por los "ruiditos" nos creará cierta expectativa... Nos tenemos que petar el grano por el efecto "radiojetos" del principio para poder disfrutar de ese galope eléctrico final.
"I might"... La que ya nos conocemos todos al dedillo por ejercer de avanzadilla del disco (y que ya de entrada crea cierta bifurcación entre seguidores). Organillo sesentero en la oreja izquierda, guitarrita a juego en la derecha y, así, hacia el segundo 50 a mi ya me lleva al huerto. Además, Tweedy le roba las lentejuelas a Bolan por el camino y, como eterno fan de "sliders" y "guerreros eléctricos", yo ya como que me quedo la mar de contento con la cancioneta y, más importante, la cosa va mejorando. O eso parecía.
"Sunloathe", la primera "lenta", tiene una parte instrumental en su parte media bonita de narices (pianito de quilates, aquí), si, pero la canción en si no me merece tanto dramatismo, se me antoja algo sobreafectada y, por qué no, al pensar en cotas alcanzadas en el pasado en esta dirección, mmm... Pasa nada, llega al rescate "dawned on me" con su buen rollo y estribillo coreable. La parte central con fugaz guitarra "foxtrottera" y silbido pueden hacer pensar que "ojo, aquí hay bicho"... El tiempo (y no mucho se necesita, me temo) recompensará a esta canción en el bestiario popular "wilquero" cuando termine la tormenta de opiniones variopintas, lógicas tras el estreno. Vamos para bingo con "black moon" ... Qué lenta, qué monótona en las dos primeras escuchas y con qué poca sustancia... Qué pedazo de canción después, y que poco necesita Jeff para hacer bien lo que sabe (de ahí que a veces joda que se abuse de producción por parte del susodicho). Si hubiera aparecido en el segundo disco de "being there" nadie levantaría la mano pero, ay, sale en este...
Pero, en cualquier caso, para celebrar la mitad del disco, llegamos a "born alone" que, como ya puse en alguna otra parte, me recuerda a los Teenage Fanclub con guiños "tompettyeros" y está de cojones (ese acelerar por en medio y en la conclusión -no extraña que el bateria de wilco tenga banda propia- no tiene precio). Tras el subidón volvemos a la calma. Y es entonces cuando vemos, de alguna manera, el principal "pero" que se le va a encontrar al disco: se ha querido contentar a todos los fans (por épocas) con alguna canción suelta en vez de ofrecer algo homogéneo, como si se quisiera mostar todo el catálogo de golpe ("somo los Wilco y mirad si sabemos hacer cosas")... Los fans de siempre no tendremos problemas (un disco de "dentro hacia dentro") tras una semana de escuchas y una vez se entienda eso (y siempre y cuando no esperemos una aventura con mil variaciones pero compacta a su vez, al nivel de "YHT" o el del huevo, en cuanto a emociones).
En cualquier caso llega esa maravilla que és "open mind"... Robada directamente del básico (que no meramente "recomendable") "King of America" costelliano del 86. Chorrea talento la hija de puta de canción esta. Se rompe al fin con la temática "una rápida, una lenta" que caracteriza al elepé con la siguiente "Capitol City"... Algo así como Lennon en solitario de paseo por Broadway en otoño (incluso del brazo la china y comiendo churros, si se quiere)... Simpática (por qué no), pero con el claro handicap de quedar en el tracklist, siempre para mi, detrás de la mejor "lenta" y justo antes de la mejor "rápida": "standing O", que me tiene loco perdío (qué les costaría hacer un disco con solo canciones de este estilo y titularlo algo así como "Wilco visita la new wave/punk de 1980").
"Rising red lung" es otra pieza pausada en la linea de "black moon" que te va erosionando y venciendo por sesiones la puñetera (completa con ella tu hat-trick del disco en estas ciernes). Casi al cierre tenemos al fin la canción que da título al asunto y que ya veo que se viene destacando por buena parte del personal... y es que es bastante bonita, si, con su falsete de quita y pon y marchamo positivo. Lástima que, según lo veo, no se hayan currado un "chorrus" a la altura y se limiten a repetir el título hasta casi el final (supongo que aunque esto sea un paso hacia, de nuevo, la buena dirección ese retorcerse en el estribillo hasta hacerte llorar a lo "Jesus etc." es pedir demasiado). En cualquier caso te proyecta el estado de ánimo adecuado (bueno, se entienda) para los doce (quizá innecesarios) minutazos de "one sunday morning" donde Tweedy se despide a lo Lucky Luke en largo (larguísimo) fade out crepuscular de esos. No se entienda mal, suena muy bien, pero es que, leñe, te puedes hacer una tortilla a la francesa, zampártela, pillar un kiwi y aún te sobra tiempo para el café...
CONCLUSIÓN: muy buen elepé, sobre todo viniendo de lo que venían, que abusa (sin duda) del efecto "montaña rusa" en su sonido y durante el trayecto lo que, eso si, le aleja de sus mejores y más celebrados álbumes que gozan de una entidad ("empaque", que algunos dirían) que aquí no encontraremos. Con todo, por sistema de gota malaya, el putas te va derrotando poco a poco... Por mi, que no se corten, pueden hacer una de este calibre cada año si quieren (que el cielo ya se lo ganaron hace largo tiempo) que, y aunque alguien se referirá (sin duda) a esto como "obra menor", ese bloque central de "dawned on me" a "rising red lung" ya no me lo quita nadie. (GUZZTÓMETRO: 8/10)
Muy buena crónica la de Guzz. A veces no hay que dejarse llevar por las primeras impresiones, es lo que tiene la modernez y el querer saber antes que nadie, sólo he escuchado los avances, y quitando de Wilcohead lo demás me encanta, incluso el organillo. A esto le llamo una crónica y encima hecha con un par. Desde luego este disco será el Le Noise de este año. Bueno, con lo que cuentas me quedo más tranquilo como para un día sentarme en serio con este disco.
ResponderEliminarSaludos
También le digo una cosa a Guzz, este disco no lo compraré, será bueno, pero aun estoy colgado de sus tres primeros. ¿no tengo remedio? mi dinero lo utilizaré con The Jayhawks, menudo discazo. Saludos a ambos
ResponderEliminar... el de Jayhawks es el próximo en caer por casita...
ResponderEliminarA mi m'ha deixat bastant fred, però amb Wilco es habitual, mira que ho he provat vegades. Ara, la primera és patatera, patatera, efecto Dover diria jo.
ResponderEliminarAra, comences escoltant el sintetitzadors de Wilco i d'aquí un parell d'anys et veig fent-te un tatuatge de Kraftwerk.
ResponderEliminarYo me he estoy volviendo loco con los Jayhawks.... mira que soy paleto, ahora los empiezo a descubrir (zopenco!)
ResponderEliminarAl titular "Wilco y el espesor" la entrada es fácil incurrir en el error, por parte del lector ocasional, de que se le va a "atizar" al disco cuando el texto deriva hacia justo lo contrario... Entiendo que a ud. (por temas de dispersión y demás que no vienen al caso) le parezca espeso leer hasta los partidos de la quiniela pero, por favor, si tiene que hacer (en un futuro) su chascarrillo, gracieta o similares, agradecería -como brillante y multipremiado autor que lo soy- que mi escrito no se viera afectado por ello.
ResponderEliminar(PD. mis abogados -del Bufete Correveidile- se pondrán en contacto con usted a la mayor brevedad de proseguir este tipo de actividades y si no deroga su actitud para con mi insigne persona)
Fdo. Guzzleon Tolstoin y veintisiete firmas más.
Tremenda crítica, ni un pero, oiga...
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