
El film está dirigido con solvencia por un tal Marco Kreuzpaintner que lo deben conocer en sus casa a la hora de comer porque para el resto de seres del planeta es un total desconocido. Tal vez lo más interesante además de la historia que está muy bien parida sea el elenco de jovenzuelos que aparecen en el film, casi todos ellos futuras estrellas de cine, en Alemania, en Europa o hasta en Hollywood. La verdad es que hay un par que ya lo son, uno de ellos es el protagonista, el chico que interpreta a Krabat llamado David Kross al que luego hemos visto en The Reader pues “Krabat” es anterior al film de la Winslet. Y sobretodo al hispano-germano Daniel Brühl, sí el de “Goodbye Lennin”, “The Edukators” o “Inglorious Bastards”. Un crack que interpreta a Tonda, el alumno aventajado del maestro hechicero. Tampoco es que “Krabat” sea un peliculón, pero particularmente prefiero este film que los “Potters” de los cojones. La historia es mucho mejor, y más antigua. Existe una gran cantidad de momentos oscuros y de cierto grado de terror, en ningún momento se hace pesada y la historia romántica entre Krabat y Kantorka (ojito con la muchachita llamada Paula Kalenberg que es mi nueva musa) está bien resuelta y en ningún momento se vuelve una ñoñería como en la saga del mago gafotas. Ya digo, no es un gran film pero cumplió con las espectativas, entretenerme una tarde de domingo y conseguir que no se me cerrasen los ojos, cosa que ayer era francamente difícil.
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