The Hungry Saw (2008)
No son precisamente los ingleses Tindersticks un grupo muy alegre, tampoco son un grupo fácil ni un grupo de masas. Su música es personal, tristona, rica en melodías perfectas, pausada y con mucha clase, además pueden presumir por tener una de las voces mas carismáticas y profundas que la música inglesa ha dado desde la década de los noventa. Stuart A. Staples utiliza su voz magistralmente como otro instrumento protagonizando claramente casi todas sus composiciones. Tindersticks son un grupo recomendable para los días tristes en los que estás depresivo pero peligrosos si no quieres hundirte aún mas y tocar fondo, por otro lado son también un grupo agradable y melancólico ideal para los días de lluvia donde uno se refugia en el sofá de casa con un jersey de lana y una copa de vino. Esto quedó bastante claro en las dos obras maestras que editaron ya en aquellos lejanos noventa: “Tindersticks” (93) y “Tindersticks II” (95). Dos discazos. Luego tuvieron algún que otro resbalón aunque siempre han mantenido una calidad notable, sobretodo aquel “Curtains” (97). En el 2003 su trabajo mas flojo en mi opinión provoca que el grupo sufra abandonos y se reduzca a tres componentes, quedando únicamente Stuart A. Staples (voz), Neil Fraser (guitarra) y David Boulter (teclados y percusión). Sin tener las ideas claras, ni mucha inspiración, ni feeling alguno, los Tindersticks se toman un respiro, respiro que aprovecha Staples para despachar en solitario dos discos de los que destaco el impresionante e imprescindible “Leaving Songs” (06). Esta aventura en solitario y el tiempo de descanso animan a juntar otra vez al trío para editar un nuevo disco, y es entonces cuando en 2008 aparece “The Hungry Saw” un muy buen disco que seguro está a la altura de sus mejores trabajos, en este álbum encontramos el característico sonido del grupo pero mas fresco y no tan dramático, mas en la línea de los últimos Lambchop, con cientos de instrumentos que se acoplan de manera armónica. La guitarra exquisita de “The flick of a little girl” con esa flauta de fondo, la irresistible melodía de “Feel the sun”, la dolorosa “Boobar” o la magnífica “The hungry saw” que da nombre al disco son cuatro ejemplos espectaculares de la buena forma de estos “nuevos” Tindersticks.
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