Clásicos nikochianos: THE RISE AND FALL OF ZIGGY STARDUST AND THE SPIDERS FROM MARS (1972)
El mismo año que el Duque Blanco le hacía el Transformer a Lou Reed, se convertía en un camaleón travestido, y pasaba de ser Bowie a ser Ziggy Stardust para despacharse a gusto y regalarnos el fantástico e imprescindible disco The Rise And Fall Of Ziggy Stardust And The Spiders From Mars (1972). Mucho se ha hablado de este disco y mucho mas que se hablará, el disco narra la historia de Ziggy Stardust, vendría a ser mas o menos un extraterrestre bisexual, que viene a decir que la Tierra será aniquilada, pero el éxito le hará fracasar en su heroica misión, y bla bla bla, bla bla bla. El disco comienza con el anuncio de la fatídica noticia para los terrícolas, percusión, voz de Bowie desde el horizonte, pianito de marras, y tenemos Five Years, ese piano que también podemos escuchar en “su” Transformer, brutal inicio que te pone la piel de gallina, seguimos con una canción sobre el amor y sus variante, “Soul Love”, voz grave, coros angelicales, saxo de lujo, medio tiempo perfecto, muy cincuentero pero con ese toque tan mariquita y glam que predominaba en la época y del que Bowie (tal vez junto a Bolan) fue el amo y señora. En la siguiente canción Ziggy se destapa como el invasor que es, las guitarras son amenazantes, piano cortante, y esa voz que va cogiendo su falsete, voz doblada por el propio Bowie que le hace tener una sonoridad extraterrestre y esa guitarra desbocada y algo atormentada para finalizar, una de mis favoritas del disco. Y entonces, llega el contacto con los humanos, lo hace en Starman, guitarra acústica, ritmo pegadizo, canción redonda, perfecta, insuperable, uno de sus clásicos de todos los tiempos, y ese ritmillo que abre el estribillo, y que estribillo, inolvidable. Después tenemos la única canción del disco no escrita por Bowie, no desentona, algo bluesera en esencia, se toma su tiempo, y estalla en una canción típica de los setenta. Y así acaba la cara a. La historia se reanuda con un piano de juguete precioso muy glam, del que Elton se sirvió el año siguiente para dar sonido a su espectacular doble álbum Goodbye Yellow Brick Road, la canción Lady Stardust es una maravilla, una joya oculta en el disco, luego todo se pone mas movidito, seguimos con el piano de protagonista y Ziggy quiere ser una estrella, en Star, nos demuestra que lo es y lo será, sobrado de calidad, Bowie, nos regala esta extraordinaria canción. Hang On To Yourself, mas rockabilly, pero con lentejuelas y uñas pintadas, energía andrógina que nos pone las pilas para el sexo, estimulante. Y llega otra de las obras maestras de Bowie de todos los tiempos, Ziggy Stardust, el ego consume a Ziggy y comienza el declive, pero la canción no baja el pistón, si acaso lo aumenta, sube el nivel con esas guitarras, ese comienzo inolvidable, ese grito, esa sensualidad, y ese final que te pone los pelos de punta, para ponerte en tu sitio con otro classic rock, hablo de Suffragette City, guitarras perfectas de la mano del no menos extraterrestre Mick Ronson, absolutamente genial, Ziggy no quiere al grupo, sólo quiere sexo, drogas y rock and roll, pero todo eso le hará tocar fondo, Rock’n’roll Suicide, es el final perfecto para el disco y para Ziggy, una bellísima canción, tan bella como triste y melancólica, suave y tierna, que te está diciendo "mátame suavemente", lo tiene todo, hasta ese final desgarrador que te deja un sabor de boca imposible de encontrar en este planeta, rebosa clase, delicadeza, buen hacer, igual que todo el disco, una auténtica obra maestra de los setenta, de Bowie, todo un clásico, un clásico nikochiano.
Ya has visto que no he entrado al trapo sobre la falacia de siempre con el "Transformer", que pones a modo provocación...¿Me estaré haciendo viejuno?
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