Paloma mensajera

Querido Guzzest:

Hace mucho tiempo que espero una llamada, una carta, un sms, un email, una paloma mensajera, una señal de humo, un lo que sea que me diga que continuas teniendo mi libro de las 1001 películas, eres un chorizo, una mortadela de olivas en mal estado, un enorme y purulento grano en el culo, la última vez que pude ver el libro fue a través de aquella foto donde se pedía dinero por su liberación, maldición, espero que no se te fuese la mano y el libro esté entero, sin rasguños o te las verás conmigo, palabrita de marciano verde, aunque estoy seguro que tú estarás bien, estarás muy tranquilo frente a tu ordenador pensando como ponerme verde en el “volumen II”, que jodienda, estarás esperando ganarme con alguna que otra triquiñuela o nueva norma al archiconocido juego de naipes “el encabido”, pero nunca, nunca lo conseguirás, siempre ocultas algún que otro truquito en la manga, peazo de fullero que eres, me cago en, y te imagino comiendo risketos frente al televisor viendo Friends por enésima vez mientras maquinas un nuevo plan para desacreditarme, pero pronto tendrás tu merecido, es posible que tus aventuras y desventuras vuelvan al blog, tarde o temprano lo harán y entonces te gritaré al oído: El camino del hombre recto está por todos lados rodeado por las injusticias de los egoístas y la tiranía de los hombres malos. Bendito sea aquel pastor que en nombre de la caridad y de la buena voluntad, saque a los débiles del valle de la oscuridad, pues ese es el verdadero guardián de su hermano y el descubridor de los niños perdidos. Y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquellos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos. Y tú sabrás que mi nombre es Nikochan, cuando caiga mi venganza sobre ti.