Alta Fidelidad

Justo unos meses después de mi trigésimo aniversario, en plena época navideña, cuando mas deprimido y en crisis se puede encontrar uno, llegó a mis manos el libro de Nick Hornby “Alta Fidelidad” clasicazo moderno de incuestionable calidad, así que, era un valor seguro, a medida que pasaba las páginas y me sumergía en la historia del treintañero Rob Gordon me daba cuenta que su historia no es muy diferente a las historias de otros tantos treintañeros, es parecida a la mía, no en el sentido estricto, a mi no me ha pasado lo mismo que ha Rob, pero si que es muy similar la forma de pensar, las manías, los odios, los miedos, la inseguridad, y otras muchas cosas, a veces me veo reflejado en Rob, a veces veo a mi hermano, a algún amigo, Rob somos todos en algún momento de la vida, sus reflexiones son tremendas, descomunales, crudas, duras, lógicas, absurdas, de risa, patéticas, cómicas. El libro es un no parar de sonreír, me encantan sus listados, sus tops, sus cinco mejores no sé qué, sus cinco mejores no sé cuantos, y por supuesto, esas referencias musicales que me encantan y me enganchan a la historia, tal vez por el momento en que me llegó el libro, la pseudocrisis de madurez, la inseguridad, y por supuesto el aderezo rock me ha gustado tanto, quién me lo iba a decir, me acuerdo de haber visto la película, y puff, que queréis que os diga, un poco cutre, generacional pastelosa, un Cusack mas que interesante, de acuerdo, pero poco mas, está claro que al director, Stephen Frears, le encantó el libro, pero la presencia de Jack Black, sí, sí, el gordo de Escuela de rock, hace que baje el nivel, le tengo un poquito de manía, odio, asco, qué sé yo, es verdad, pero bueno, el libro es infinitamente superior, ahora me falta ver el musical, que de haberlo haylo, pero me da un poquito de grima, así que creo que me olvidaré del lado teatral, así pues, un gran libro, una gran historia, fresca, divertida y que a muchos treinteñeros como yo les hará reflexionar.