Clásicos nikochianos: SURREALISTIC PILLOW (1967)

Bajo el consejo musical del mejor guitarrista de cuatro dedos de la historia, Jerry García (Grateful Dead), nos llega directamente desde 1967 una joya de Jefferson Airplane conocida como “Surrealistic Pillow”, puro sonido San Francisco, pop-rock psicodélico, reminiscencias a Byrds y Buffalo Springfield, nos deleitan con un disco tremendo que comienza con “She has funny cars” que te lleva en el tiempo hasta la ciudad de San Francisco de los sesenta, un viaje casi lisérgico, como lisérgica, espectacular, y totalmente ácida es “Somebody to love” magníficamente compuesta e interpretada por Grace Slick, luego llega “My best friend” una de las menos conocidas, un diamante por descubrir que disfrutas después de varias escuchas, para después regalarnos una preciosa y triste balada “Today” un ritmo lento, tristón, bajo los efectos del LSD, bellísima de arriba a abajo, y continuamos con el bajón con la preciosa “Comino back to me” otra balada que no te deja indiferente. “3/5 of a mile in 10 seconds” te golpea en el estómago con un rock sixty de los que te trasladan en el tiempo, luego “D.C.B.A 25” una delicia para los oídos, simple pero realmente efectiva, llega el momento de que el disco suba en intensidad y calidad para una recta final de escándalo donde las armonías vocales a lo Mamas and the papas nos roban el corazón con la fantástica “How do you feel”, después el folk clásico instrumental a lo Simon y Garfunkel con “Embryonic journey”, y para rematar la legendaria “White Rabbit” una excelente canción, pura magia, y finalmente acabamos con la colgada y alucinada “Plastic fantastic lover” un ejemplo claro de que esta gente tomaba algo especial. “Surrealistic Pillow” un referente de la época, un viaje en el tiempo, un viaje hacia el San Francisco hippie, lisérgico, lleno de paz y amor, con canciones perfectas que representan algunos estilos de esa época, llena de buena música, voces espectaculares, melodías extraordinarias y unos músicos tremendos, un disco que merece estar entre los mejores en una época llena de exquisitos trabajos musicales, un disco digno de ser un clásico, un clásico nikochiano.