Ayer uno de mis ídolos musicales hubiese cumplido años. Sí,
ayer mismo Jim Morrison hubiese cumplido la nada desdeñable cifra de 70 años. Claro
que eso es hacer ciencia-ficción, porque como quedó demostrado a ese ritmo frenético
de alcohol y drogas al que sometía a su cuerpo solamente se pueden resistir
unos pocos años, los que van del 67 al 71, los que abarcan la vida de los The
Doors. El maltrato físico que le hizo a su cuerpo y a su vida, el desgaste…,
pasó factura y un 3 de Julio de 1971 murió oficialmente en París, digo
oficialmente porque la leyenda dice que sigue vivo por el sur de España…. La
cosa es que The Doors es uno de mis grupos, uno de esos grupos que odias o
amas, uno de esos grupos especiales, con un sonido inimitable y característico,
en cualquier caso diferente a todo, desde su época hasta la actualidad. Mientras
el flowerpower cobraba relevancia y al british invasion dominaba el mundo había
dos grupos totalmente ajenos a esos sonidos, unos eran los The Doors, los otros
la Velvet Underground con otro de mis
ídolos al frente, el gruñón de Lou. Hace muchos años que convivo con la música
de Jim, recuerdo muy bien mi primer contacto con ellos. Estaba yo en el
instituto y una de mis profesoras a sabiendas de que comenzaba a interesarme
mucho la música, sobretodo el rollo finales de los sesenta principios de los setenta, me dejó prestado un vinilarro de esos que quitan el hipo. Me dejó
prestado el primer recopilatorio de los The Doors, ese maravilloso “13” . Es muy difícil para mi
expresar lo que sentí al escuchar la canción que abre el disco. “Light my fire”
me dejó KO. Hipnotizado. Boquiabierto. Nunca había escuchado nada así. Me
hechizaron y ya nunca más les he abandonado. Luego, el disco daba un repaso a sus hits, allí estaban: people are
strange, back door man, moonlight drive, the cristal ship, roadhouse blues, touch
me, love me two times, you’re lost little girl, hello I love you, land ho, wild
child y the unknown soldier. Faltaban muchos, pero estos eran
suficientes para hacerme enloquecer. Recuerdo que al poco tiempo ya tenía en mi
poder toda su discografía y algún directo de postín. Ayer quise rendir homenaje
a Jimbo escuchando esta maravilla. Gracias Jim por los servicios prestados, nada sería igual en mi mida sin tu aportación a la música.
Je je je... Jimbo con 70 palos... te lo imaginas? Es imposible, se bebió la vida en 5 años, vaya figura.
ResponderEliminarSi, si, está de vinos y tapas por el sur canturreando... de vez en cuando me lo encuentro en verano rodeado de 2 o 3 chavalas... eso si los pantacas de cuero no los lava... je, je, je.
Yo también los descubrí en el Estertuto... era la época de la película de Oliver Stone y... que te voy a decir... me pasaron la banda sonora (un compañero de clase en cinta de cassette) y yo enloquecí... como tu... sobre todo con Riders on the storm y Love Street... a partir de ahí los venero.
Abrazos truferos.
Tal vez hizo un pacto con el diablo y de ahí que este se cobrara su deuda tan pronto
ResponderEliminarYo los amo!!!
ResponderEliminarThe Doors son únicos.
Bonito homenaje.
También inicié mi andadura porteña con una recopilación, la de "Estrañas escenas dentro de la mina de oro", si traducida al español en disco original de Elektra del año 1972, editado por Hispavox. Maravillosos recuerdos. Los Doors si te atrapaban, y a edad tan tierna era fácil, te transportaban a un mundo completamente diferente, rompedor, casi de clandestinidad (pensad que estamos hablando aun de la época final de la puta dictadura). Todo entonces tenía un significado mucho más reivindicativo, y los Doors contribuyeron a hacernos (más felices) y mucho menos conservadores.
ResponderEliminar¡Felicidades pues a Jimbo!
Saludos,
JdG