Con innumerables singles de una calidad indiscutible, tres discos sobresalientes como “Out Of Our Heads” (65), “Aftermath” (66) y “Between The Buttons” (67) en el bolsillo, una inclasificable obra maestra llamada “Flowers” (67) y un decepcionante pastiche psicodélico víctima de la influencia aplastante del Sgt. Pepper que llevaba por título “Their Satanic Majesties Request” (67) los Stones abordan el que será el paso definitivo para encontrar su rumbo, su estilo, explotar de una vez por todas su poderío y creatividad, despojarse de las comparaciones con los Beatles para coronarse definitivamente como la mejor banda de rock y aumentar esa fama de grupo maldito. Además se presentan cambios fundamentales en la banda, Brian Jones prácticamente apartado del grupo participó en muy pocas canciones, casi podemos clasificar su presencia como testimonial y para los fans nos queda el slide de “No expectations” y poca cosa mas. Jones murió en 1969 al ¿ahogarse en su piscina?.., dejando el control del grupo a la pareja Jagger/Richards.
El banquete de los mendigos no puede empezar mejor, suenan tambores, bongos, entra la percusión, suenan las maracas mientras Jagger nos lleva al infierno para conocer al diablo. “Sympathy for the devil” es simplemente una puta obra maestra que aún hoy nadie ha podido superar, bueno sí, ellos mismos, una obra maestra que cualquier grupo de rock estaría dispuesto a componer a cambio de su alma. Contiene una letra descomunal, musicalmente es diferente, es rock, es la ostia, con esos coros míticos y ese final orgásmico y pecaminoso. La cosa continua con la última gota de genialidad de Brian Jones, una delicada y bella “No expectations” que nos lleva de la mano a la folklore, rural y country “Dear doctor” que por cierto es sin duda una de mis favoritas. “Parachute woman” con su blues grasiento y sus referencias sexuales nos hacen ver que no hay nadie tan en forma como estos Stones. Para finalizar la cara A tenemos la última joya en la que participó Jones, una magnífica canción que incomprensiblemente nunca encontramos en las compilaciones de los Rolling, “Jig-saw puzzle” combina muy bien lo psicodélico, el rock tradicional y el estilo Stone para ofrecernos una cancionaca eterna. Aunque el inicio de la cara B nos hace olvidar rápidamente lo dicho, y es que al sonar los primeros acordes de “Street fighting man” a uno no le queda mas remedio que revelarse contra el sistema, romper algo, gritar, mover las caderas y disfrutar como un loco. Coño!, que buenos eran, me cago en diez!. Después de esta obra maestra del rock, los Stones vuelven con su country-rock que juguetea con el blues en la magnífica “Prodigal son” y luego con “Stray cat blues” marcan la pauta del “nuevo rock” de los setenta, del que son reyes indiscutibles. Y por último, finalizando el disco nos encontramos con “Factory girl” una joya de dos minutos, una delicia de canción a la que sigue la brutal “Salt of the earth” cantada a dúo por Jagger y Richards, con un toque muy country y un coro gospel al final que quita el hipo. A todo esto hay que añadir que “Jumping Jack Flash” no entró en el disco por una extraña decisión de la productora y salió poco antes como single, y que “You can’t always get what you want”, otra obra maestra, fue descartada y apareció en su siguiente álbum “Let it Bleed” (69) que junto a este “Beggar’s Banquet” (68), “Sticky Fingers” (1971) y “Exile On Main Street" (72) forman la mejor época creativa y de calidad que cualquier grupo de rock ha firmado en la historia. Con “Beggar’s Banquet” los Stones empiezan su periodo mágico, entregando uno de sus mejores discos, un clásico atemporal, un clásico del rock, un definitivo e imprescindible clásico nikochiano.
Qué burrada de disco. Además, como siempre (que me sea posible)procuro huir del tema digital cuando se trata de discos de los buenos de verdad, no paré hasta que me hice con una tremenda reedición vinilera que pesa más que el mierdón de tocata que tengo (si a alguien le sobra uno de los buenos de su abuela o algo que me lo haga saber... ya saben de los que miden medio metro de eslora, su brazo metálico, sus bafles de madera y demás...).
ResponderEliminarNichodeberes: consigueme (de tus contactos cercanos, avezados a la hi-fi y variantes) un "adaptador de phono"*...ya me está bastante bien el volumen del que dispongo por lo general pero la verdad es que si me apetece meter tralla en 33 rpm (para escuchar mejor las impurezas vinileras -si si, puede ser de un absurdo tremendo el tema para muchos pero es lo que hay...-) la cosa no alcanza como me gustaría. Por cierto que lo quiero gratis que este mes ya me he pulido mi presupuesto caprichil. Graciax.
*(dícese de un aparatejo de unos 10cm. o menos, con aspecto ligeramente similar a una caja para toma de antena de tv analógica que lleva doble salida de audio -rojo/blanco como siempre-por los dos lados.)