Clásicos nikochianos: LED ZEPPELIN I (1969)
Está claro que cualquiera de los siete primeros trabajos que se elijan de Led Zeppelin rozarán la perfección, digamos de algún modo que son siete dieces como siete soles, por tanto, hablamos de uno de los cinco mejores grupos de toda la historia, y difícilmente se puede fallar al recurrir a ellos. Este cuarteto inglés formado por Robert Plant, Jimmy Page, John Paul Jones y John Bonham son pura dinamita sólo comparables a The Who, por lo de ser una gran banda, hacer grandes discos, ser los mejores en directo y tener a verdaderos maestros en cada instrumento, y es que es difícil encontrar a grupos, por no decir imposible, donde todos sus integrantes sean la repanocha. Pues bien, este grupazo empezó su andadura en 1969, sí amigos, tan pronto, aunque la verdad, da la sensación que se unieron ya avanzados los setenta y en realidad explotaron cuando los Beatles el año anterior acababan de editar su mágico álbum blanco, los Stones habían comenzado su periplo estelar con Beggar Banquet y Let it Bleed, los Who sorprendían al mundo con Tommy, y los Kinks el año anterior despacharon el mejor álbum pop de la historia, “The Village Green..” y seguidamente repetían con el magistral “Arthur”. Así que los Zeppelin, a pecho palomo, se cascan un debut que no tiene nada que envidiar a estas bandas inglesas, ya digo, junto a The Clash, son las seis mejores bandas inglesas de la historia, tal vez del mundo. “Led Zeppelin I” que se grabó, mezcló y editó en una sola semana es un verdadero escándalo, la banda aún no ha definido del todo su sonido, es el primer disco coño, pero ya da síntomas de lo que vendrá, juguetean con el rock stoniano, con riffs muy de Townshend, y con el blues, pero sobretodo empezamos a notar que el rock duro se abre paso. El disco irrumpe con un estupendo riff de guitarra y una batería demoledora acompañada por la característica voz de Plant que te deja anonadado, “Good times bad times” es una de las mejores presentaciones que puede hacer un grupo, simplemente cojonuda. “Babe i´m gonna leave you” tiene un inicio lento, hipnótico, delicioso para luego pegarnos una buena colleja desmelenarse y darnos rock, y mas rock. Luego los Zeppelin se toman un respiro con una versión de Willie Dixon, “You shook me”, una versión a su manera muy blues pero a la vez muy moderna donde destaca ese órgano seductor, casi sin dar un respiro aparece “Dazed and confused”, una de mis favoritas, una magistral interpretación de Plant, un Page descomunal y toda la maquinaria del Zeppelin perfectamente engrasada. “Your time is gonna come” es juguetona como los experimentos que los Stones realizaban esa misma época, con coros muy de su estilo, y una intro que también recuerda algo a sus satánicas majestades, que voy a decir, preciosa, eterna, imprescindible. Y para tocar todos los palos el señor Page nos deleita con un aroma indio muy beatle en “Black mountain side”, una vacilada instrumental que da paso a “Communication breakdown” una canción de rock duro que aún hoy me pone los pelos como escarpias, buenísima, cojonuda, un clásico eterno de tantos que tienen pero desde luego suena a gloria bendita o mas bien a gloria demoníaca. “I can´t quit you baby” es otra versión blusera de Willie Dixon que nos lleva al final del disco con “How many more times”, una cancionaca de mas de ocho minutos, muy típica de la época donde, sobretodo Page, experimentan quedándose realmente a gusto, riffs estupendos, batería impresionante, un bajo demoledor comparable únicamente al maestro Entwistle y un Plant en plan rockstar a quién no hay quién le tosa, bueno Daltrey en ese momento estaba un pelo por encima aunque tal vez como icono sexy y del rock Plant acabó ganando la partida. La unión con los Who está muy presente, Page y Townshend grabaron juntos aquel I can´t explain, el nombre del grupo lo puso el amigo Keith Moon, ya que pronosticó, para joderles en plan socarron, que la formación caería como un Zeppelin de plomo, y claro al comienzo Plant no hace nada mas que copiar los directos de Daltrey y su forma de arrasar en un escenario. Pero luego los Zeppelin, después de este primer disco, adquieren su propia receta, su propia poción rockera, y nos deleitan con una de las mejores carreras de la historia, “Led Zeppelin I” es sólo el comienzo, y qué comienzo, todo un clásico, un clásico nikochiano.
Me gusta sobremanera el IV, pero este s mi favorito de los Zeppelin. Es, sencillamente, perfecto. Un abrazo!
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