Super Mario Galaxy

Todos conocéis mi debilidad por la compañía Nintendo que desde que yo era muy pequeño, tampoco es que ahora sea Yao Ming, nos hace disfrutar a todos los aficionados a los videojuegos. Shigeru Miyamoto es una artesano, un verdadero artista del píxel, es el creador de Legend of Zelda, Donkey Kong, Star Fox, Metroid Prime, Pikmin, y muchos mas pero sobretodo es el creador de todos los juegos relacionados con el fontanero bigotudo mas famoso del planeta. En la era de las consolas superpotentes de tercera generación donde predominan los videojuegos ultraviolentos, sanguinarios, sexistas, y todo lo que se te ocurra, existe aún nuestra querida gran N para primero entregarnos una consola diferente, Wii, con una calidad gráfica muy por debajo de sus competidoras pero con una forma nueva de jugar alucinante, y segundo con unos juegos a los que podríamos colgarles la etiqueta de obras de arte. A los papanatas que tildan a Nintendo de infantil, sólo puedo decirles que se engañan a ellos mismos y que sigan disparando a extraterrestres, matando humanos en la guerra mundial, o apalizando a transeúntes, pero la verdad, lo que ofrece Nintendo es una experiencia de juego total, y como siempre, es la experiencia mas arriesgada y novedosa. Super Mario Galaxy para Wii es el claro ejemplo de lo que digo, un juego redodondo, un 10, una obra maestra, con un apartado gráfico precioso que exprime las cualidades de una Wii que no da para mas, pero es que eso es lo que tiene gracia, exprimir las capacidades de la consola, hacer uso de todas las herramientas disponibles para brindar un juego de esas características, de la dificultad y el esfuerzo aparecen siempre los mejores resultados, pues bien, Super Mario Galaxy es una pasada, hay como siempre saltos imposibles, tareas contrareloj, luchas contra enemigos super cachondos y como no hay una banda sonora que quita el hipo, pero en este caso hay mas, es un juego en tres dimensiones, pero la verdad es que me atrevo a decir que son 3 dimensiones y media, viajamos por planetas con diferente gravedad, diferente tamaño, corremos y saltamos a veces boca abajo, el mando de Wii ayuda y mucho a vivir la experiencia, la dificultad no es enorme pero a veces si te pone en verdaderos aprietos, está ajustada para que no sea tarea imposible acabar el juego y podamos disfrutar de todas sus fases y maravillas, una obra maestra que a nadie le debería pasar por alto, un juegazo para todos los públicos que será difícil de superar por cualquier compañía, cualquier consola e incluso por la propia Nintendo, un auténtico clásico.