Clásicos nikochianos: THE DOORS (1967)

A pesar de ser un grupo con una historia bastante corta, sólo duraron cuatro años, los Doors de Jim Morrison son una de las bandas mas extrañas e influyentes de finales de los sesenta y principios de los setenta, del Good Morning Vietnam, en 1965 dos estudiantes de UCLA se conocieron en la playa de Venice y formaron The Doors, eran Jim Morrison Y Ray Manzarek, y en 1967 con los poemas de Morrison, Manzarek pudo componer la música con su extravagante pero efectivo órgano, y junto a John Densmore y Robby Krieger editaron el álbum homónimo “The Doors”, en el mismo año grabaron “Strange Days” en la misma línea, de hecho podría ser el mismo disco, pero vamos hablar de “The Doors” de 1967, una increíble y absoluta joya del rock. El disco comienza con una espectacular canción, puro éxtasis orgásmico, una canción convertida en clásico del rock desde el primer momento que la escuchas, “Break On Through (to the other side)” es en si misma un clásico nikochiano, y que a todo aquel que no la haya bailado enérgicamente con rabia y una tremenda cogorza deberían encerrarlo de por vida, pero, no se vayan todavía, aún hay mas, con “Soul Kitchen” que pone los pelos de punta, versos afilados y voz condenadamente hipnótica diciendo ese párrafo que me vuelve loco casi susurrando: “Your fingers weave quick minarets, speak in secret alphabets, i light another cigarretes, learn to forget, learn to forget..”, acojonante. Luego viene la desconcertante “The Cristal Ship”, es como una nana ácida y psicodélica, una canción que al escucharla y con el tiempo te atrapa, como las olas atraen hacia el mar a los barcos, después de la nana del barquito llega una de mis favoritas “Twentieth Century Fox” una canción perfecta de arriba a abajo, una letra descomunal, una canción del siglo veinte, la versión de Weill “Alabama Song” es la siguiente, realmente es la mejor versión que escuché jamás de dicha canción, infinitamente superior a la que años después haría Bowie, luego llega su primera canción de largo recorrido, siete minutitos, si esto no te gusta, no te gustan The Doors, “Light My Fire”, que decir de ella, un órgano desbocado nos lleva de la mano a pasarlo bien con la moza de la canción, animándola a que encienda la mecha para pasar una noche de escándalo, brutal. Otra estupenda versión se encarga de llevarnos a su terreno, en este caso “Back Door Man” de Burnett y Dixon, una brutal versión que Morrison hace totalmente suya, y le sigue una juguetona “I Looked At You”, que nos prepara el terreno de otra nana, “End Of The Night” calmada y dormida, y es que los Doors dominan la calma antes de la tempestad, y la tempestad llega con una excitante, rítmica y rockera “Take It As It Comes” canción por la que tengo una debilidad especial y que versionaron los Ramones, y todo esto para llegar a la locura mas loca y genial del rock, una locura de casi doce minutos llamada “The End”, un auténtico viaje lisérgico por la mente de Morrison, unos versos polémicos: “The killer awoke before dawn…….and he came to a door, and he looked inside; father? Yes, son? I want to kill you, mother, i want to…”y seguía un grito atronador y un simulacro de lipotimia en el escenario, increíble letra con autobuses azules que nos llaman, autopistas del oeste, antiguos lagos, serpientes a las que tenemos que seguir, niños locos, asesinos que matan a familias, y amigos hermosos que hacen de esta canción y de este disco un viaje inolvidable, una increíble experiencia que hace al disco ser un clásico, un auténtico clásico nikochiano: This is the end, beautiful friend, this is the end, my only friend the end, the end of laughter and soft lies, the end of nights we tried to die, this is the end.