La primera temporada de esta miniserie británica fue la
leche. Ambientada en un Londres actual, los detectives del barrio de
Whitechapel se veían involucrados en la investigación de un asesino en serie
que copiaba “fil per randa” a Jack el Destripador. Guión de lujo y actuaciones
de escándalo, made in Britain. Aquella experiencia televisiva fue el acabose de
enganchar varias miniseries tremendas de las Islas que prometían segunda
temporada y Whitechapel no iba a ser menos, así que después de unos cuantos
meses me hago con esta tan esperada secuela (al menos por un servidor) y ayer
mismo comencé a hincarle el diente. De entrada os digo que no me pareció mejor
que la primera temporada, tampoco peor, tal vez ese deja vu se deba a la
estructura de la propia serie o a que esto ya no me sorprende y mis
expectativas son demasiado altas. Pues eso, que la serie no baja el nivel, ni
lo sube claro, y se estructura en tres episodios que comienzan donde dejamos a
los protagonistas, con un caso inconcluso, un policia herido y un detective repudiado
por la propia policía. Caso nuevo, eso sí, otro copycat de unos bellacos históricos
londinenses, los hermanos Kray, los primeros mafiosos de Londres. Bueno, qué
queréis que os diga? Esto es televisión de la buena, de la mejor, no os la perdáis
pues es una delicia, un auténtico lujo.
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