Su verdadero papá es el grandioso Steve Earle y su otro papá es Townes Van Zandt. Él responde al nombre de Justin y acaba de publicar su tercer disco, por cierto, un discazo. El año pasado cuando aún no conocía a este gañán llegó a mis manos “Midnight At The Movies” (2009) que durante muchas semanas sonó en mi hogar, luego desapareció en combate para volver con fuerza hasta instalarse en mi top de predilectos del año aunque en su momento lo colocase injustamente en el puesto 25 de aquella lista. Ahora después de haberlo digerido mejor creo que subiría una decena de puestos con suma facilidad. Pero el tema de hacer listas de lo mejor y de lo peor del año mejor lo dejamos para otro día pues hoy vengo a hablaros del nuevo disco de Justin, ese disco que ha parido después de una cura de desintoxicación a la que llegó obligado después de apalear a un par de pardillos, destrozar el camerino y resistirse a la autoridad. Vamos que viéndole la cara podría salir perfectamente en The Sopranos pero no sale, no, aunque donde si salió fue en un episodio de “Treme” donde tocaba la guitarra junto a su padre, Steve, en la puerta de un bareto. Puede que a muchos se os escapara que el tipo gordo de la barba era Steve y el jovencito de gafitas era Justin pero a mi no. Si es que soy un lince, coño. Bueno que me enrollo como una cosa mala. Que después de recuperarse de sus perversiones o eso dice él y de reconciliarse con su padre firma su mejor disco, el espléndido “Harlem River Blues”.
Justin Townes Earle - Harlem River Blues (2010):1.- Harlem River Blues/ 2.- One More Night in Brooklyn/ 3.- Move Over Mama/ 4.- Working For The MTA/ 5.- Wanderin'/ 6.- Slippin' and Slidin'/ 7.- Christchurch Woman/ 8.- Learning to Cry/ 9.- Ain't Waitin'/ 10.- Rogers Park/ 11.- Harlem River Blues (Reprise).
Aléjense de este disco los seguidores de lo moderno y los ruiditos electrónicos pregrabados de tres al cuarto. Aléjense de él los gafapastas cansinos que quieren apuntarse a la moda del country y la americana. Y por supuesto ni se acerque todo aquel que se sorprenda así mismo tarareando un éxito de los no sé cuantos principales. Muerte al clero, a la Esteban y al reguetón, y viva la madre que parió a Justin y a los creadores del country-rock. Aij, ya me quedao a gusto. Ahora empiezo a desgranar el disco. Todo empieza con la canción que da nombre al disco y que luego lo cierra en su modo “reprise” claro, un comienzo fantástico que se me ha metido en la cabeza y va sonando en ella todo la puta semana y que tarareo sin cesar en mis viajes en metro y autobús al currele. Lo del “reprise” a modo de gospel ya es de traca. Luego el disco se mueve en el siempre agradable mediotiempo aunque a veces, pocas, le dé por rocanrolear. “One more night in brooklyn” es una preciosidad que recuerda por la voz al mejor Ryan Adams y que tiene un ritmillo reggae que mezclado con ese country me trae de cabeza y el ruaquenrol que os comentaba aparece por ejemplo en “Move over mama” pero cuando a mi me gusta más es cuando saca la armónica como en “Wandering”, cuando se deja llevar por el blues de “Slipping and sliding” o cuando le da por rescatar la esencia de monstruos como Springsteen en “Christchurch Woman”, una de mis favoritas, o a Cash en “Working For The MTA”. Por último antes de recomendaros este enorme discazo os quería comentar que como es ya costumbre en todos sus discos aparece en la portada junto a una señorita que no es otra que su santa esposa. Y ahora todos rezáis dos padres nuestros, os compráis el disco de Justin y le dáis las gracias a papá Steve por haber engendrado al zagal y por ser un músico estupendo, claro. Yo ahora mismo me meto entre pecho y espalda su “Train a coming” cosecha del 95. Salud!
Ya lo tengo,aunque poc oido para realmente opinar!
ResponderEliminarGran post el tuyo.
un abrazo