"Qué pesao", dirá el Nicho...Y tendrá razón. Me da igual repetirme (este disco ha aparecido destacado en los tropecientos blogs que pueda haber tenido), una sección llamada como esta no se entiende sin este álbum (y espera que detrás vienen alguno de los beatles, algún stones, varias costelladas y el "London calling", por supuesto, entre otras cosillas tan recurrentes en mí). Por mi parte me puedo consolar pensando, como apunta y le pasa a uno de los redactores ruteros, que con el paso de los años prefiero tener 50 cosas bien sabidas a adorar que 50000 a conocer...la alternativa es pensar que no tengo cabeza (aunque si un buen cabezón) para más y, la verdad, esa segunda disertación tiene mucho menos glamour por la parte que me toca...
Segundo lustro setentero. Blondie, Talking Heads, Patti Smith y los Ramones (of course) entre otros han hecho su casa del garito neoyorquino CBGB. Son mis años predilectos, por supuesto, la colisión punk/new wave encarnado perfectamente por las bandas y personas referidas. Y vaya bandas y personas...la cosa aquí estaría que ni entre todas juntas o por separado tienen un álbum que se acerque ni de lejos al "Marquee Moon" de los Television de Verlaine y Lloyd (y eso que la segunda y cuarta formación son dos debilidades como pocas para el menda), uno de mis diez discos de cabecera desde el tiempo del boniato. No fueron una superbanda, no son superfamosos, solo tienen dos discos en esos años dorados (cuidao con el posterior "Adventure", por cierto, que sin ser éste déjalo ir) pero si hicieron el disco perfecto en el momento idóneo y el mundo del rock les rinde pleitesia, con justícia, desde entonces (y aquí hablamos de calidad musical en toda la exensión del concepto, no de efectismos, extrapolios, ni poses a lo Pistols). La crítica especializada más entusiasta se refiere a él en términos del tipo "el vademécum definitivo de lo que debe ser un álbum de rock de guitarras". Y fijarse en lo de "álbum de rock", please, no "punk", "punk rock" y demás gaitas, que es como se suele clasificar a la banda. Si es verdad que el espíritu de Thunders y sra., los NYD o los Stooges nutre en parte ese sonido, pero, también están Bolan, Bowie, la Velvet por supuesto o Mott the Hopple entre otros. En resumen los tipos pillaron las referencias que más les interesaron y ofertaron algo jamás oido que es tan majestuoso y acerado a la par que se acabó convirtiendo en uno de los clásicos del rock por siempre jamás. Estamos ante uno de esos, contadísimos, discos que rajan la leyenda rockera de arriba a abajo...Joy Division exprimieron la vena conceptual, los Jam la popular y después los Sonic Youth la más punkarra para lograr, todos ellos, su sonido propio (y así hasta hoy con la muchachada de los Strokes y su versión McDonalds del asunto -aunque no me desagrada, lo admito, esa banda al César...-). Son solo ocho canciones en total. Pero son también ocho patrones a imitar hasta la saciedad por millones de músicos. Sin truquitos: dos guitarras, bajo, bateria y voz. Por este disco, y alguno que otro más, recelo siempre de la música basada, o servida, en los efectos de estudio. "See no evil" es la apertura del fistro este, con sus célebres guitarritas velvetianas y ese tonillo (casi) glamero a lo T.Rex. Basta ya solo escuchando este tema para darse cuenta de lo por encima que estaban de sus ilustres compañeros de garito. Los casi cuatro minutos de "Venus" conforman otra de esas canciones que me llevaría a una isla desierta u ocupada (y me la llevaría dos veces, por si acaso, sacrificando otra)...os habéis preguntado alguna vez como habría sonado la chiquillada de Warhol con Bowie de front-man, aquí lo tenéis..."Friction" y sus memorables punteos pre-estrofa y sus raspados solos adornando una canción más redonda que la puta luna es la que nos da entrada precisamente, y hablando del tema, a la canción que da título al disco... "Marquee moon", que es como para maldecir el hecho obvio de poderla escuchar solo una vez por primera vez. Magia pura, la canción que todo el mundo debería escuchar con los cascos, evadiéndose del mundo, truji en mano tras echar un casquete, cuantas más veces mejor, para descubrir la auténtica cara de diox... La cara B con "Elevation" empieza de forma enigmática en comparación a la primera para ir desperezándose a su ritmo y anular de paso (y mal que me pese) los dos primeros discos de Byrne y cia. Otra pa la saca. Con "Guiding light" vuelven a los derroteros de "Venus" y "Marquee...", otra canción que se muestra ritmícamente tranquila a las primera de cambio para acabar jodiéndote vivo poco después con esa mezcla que suena a unos Who, en su vertiente reposada, esforzándose para llegar a un majestuoso estribillo stoniano de los buenos. "Prove it" además de contar con los acordes en que centenares de formaciones poteriores han recreado su sonido base (Hefner, por ejemplo) es otro viaje con doble estribillo y guitarrilla punzante de imposible olvido..."titoritotitoriiiiiií...prove it..." y venga, que se note que a todos nos mola Lou, que no en vano es el puto amo rocanrolero en aquella ciudad. Para terminar el folletín "Torn Curtain", que es el desolador himno que hace con los Joy Division lo mismo que "Guiding Light" hace con los Talking Heads...relativizarlos, convertirlos en una gran formación como muy posiblemente no hay o ha habido otra en su proceder... pero, también, dejándote la sensación de que ese "algo más", el último y definitivo escalón que queda, aquel que podríamos llamar "el factor genio", se quedó marcado a fuego en el "Marquee moon" de los Television para siempre... Amén, por esta vez, sres. de la crítica especializada.
Ya está...creo que tras tanto rollo me he puesto al día con mis "obligaciones" para con este blog tras pegarle la pirula durante un mes y pico...ahora a descansar, jugar al wow, leer Conans, ver pelis (del año del almendro, a poder ser) y, por supuesto, escuchar la canción "Marquee moon" tantas veces como pueda...
ResponderEliminarMuy buen disco, chí cheñó. Un disco al que me costó mucho pillarle el tranquillo pero que con el tiempo se ha convertido en un clásico definitivo. Y lo mejor de todo es encontrar algo tan bueno como esto sin quererlo ni beberlo cuando piensas que ya nada puede sorprenderte, algo de 1977, el año que nací yo!, por eso busco y rebusco en busca de otro "Marquee moon". Difícil pero no imposible.
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