Un ser llamado Guzzest.Capítulo 16: La Guarida
Una música infernal despertó a Guzzest y a sus compañeros, alguien o algo gritaba y se pegaba en el pecho como si de un oso en celo se tratara, Guzzest estaba en una jaula minúscula, tanto que los michelines le salían por los barrotes, Cucu en cambio estaba en una jaula con un sofá, y unas cuantas revistas, y Flush se encontraba en una jaula que colgaba del techo, todas las jaulas estaban cerradas con llave y no había manera de abrirlas. La misma cosa que gritaba les había raptado la noche anterior, ya que una vez consiguieron las cuatro plumas del pato tuerto y a Noel, la rana manca, Cucu, Flush y Guzzest se sentaron alrededor del fuego, bebieron unas cuantas cervezas y fumaron unos cuantos cigarrillos risueños lo cual les dejó fuera de juego unas cuantas horas. Guzzest observó bien aquel lugar, sin duda alguna se trataba de una cueva, la música parecía pantera, había infinidad de periquitos disecados, colores blancos y azules en la pared junto a posters de Vanessa Paradise, esto sólo podían indicar una cosa, - Me cago en la puta, la hemos cagado, estamos en la guarida del Pini .-dijo Guzzest, con una voz temblorosa.- Tenemos que abrir estas jaulas, yo no llego a esas llaves, mierda.- al intentar coger las llaves, la jaula de Guzzest se volcó y se fue rodando hacía el final de la cueva. – Tranquilos, estoy bien, creo que Pini se ha dormido, con esas grandes baladas de pantera y helloween, tenemos que salir y arrebatarle el calcetín agujereado.- No hay problema Guzzzest.- susurro Flush.- Ahora mismo salgo y cojo las dichosas llaves, es que todo lo tengo que hacer yo.- Entonces Flush comenzó a doblarse, sus dobladillos no tenían límite, se dobló tanto y tanto que pudo salir entre los barrotes sin problema alguno, abrió las jaulas con las llaves y los tres en silencio fueron a por el calcetín agujereado de Pini. Cucu, con la mano temblorosa y una pinza en su nariz estiraba poco a poco del calcetín, cada vez que estiraba, Pini decía algo entre sueños, cosas sin sentido, tiraban del calcetín y se oía “London calling to the underworld. Come out of the cupboard, all you boys and girls. London calling..”, tiraban un poquito mas y “Last train to london,just headin out, Last train to london,just leavin town.But I really want tonight to last forever. I really wanna be with you. Let the music play on down the line tonight”, Cucu tiró por última vez y al fin el calcetín estaba en su poder, así que fueron retrocediendo poco a poco y en silencio hacía la salida de aquel fétido lugar. Guzzest tropezó con la jaula que antes le había contenido, lo que despertó a Pini e hizo huir a Flush y a Cucu en milésimas de segundo. Guzzest se quedó paralizado al ver a Pini con un mallot rosa y negro, el grandullón gritó, cogió a Guzzest por los pelos de la patilla y lo llevó a otro cuarto , dónde un cuadrilátero le esperaba, Pini se puso su máscara de luchador de wrestling mexicano y comenzó a pegar a Guzzest como si de un CrashTestDummies se tratara, que si un dúplex dorsal, que si un volantín, ahora una patada voladora, luego un golpetaso en el plexo solar, una llave retuercebrazos, la sentadilla…,una auténtica pesadilla para Guzzest que no paraba de sangrar y sangrar, de tanto miedo que tenía expulsó un poderoso y fétido cuesco que dejó ligeramente mareado a Pini, se acercó a él y le propinó un fuerte piquete de ojos, le robó una petaca que tenía escondida en el gallumbo y salió por patas. Así que ya tenía en su poder a la rana, los pelos de pato, el calcetín y, claro Guzzest pensó que tanta sangre no podía perderse, y puso su propia sangre dentro de la petaca, ya tenía la sangre de una virgen, bueno, no, de virgen nada, pero eso nadie lo sabría.
Que bruto el Pini y que cobardes Flush y la Cucu, je, je.
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