Cosas de Niko

Toma I: El tranvía de los cojones.

Era un día de primavera y Nikochan salía de hacer un examen de aquellos que acaban con la fuerza mental de todos los pringaillos que se dignan a presentarse, la facultad en cuestión se encontraba en la zona universitaria barcelonesa, y al salir pensó: coño!, me voy a comprar unos cedeses para celebrar el mas que posible suspenso…la tienda de discos mas cercana era el fnac de la illa diagonal y parecía que la caminata prometía, de pronto, se le iluminó el cerebelo, vio pasar aquel tranvía nuevo de trinca, pensó: pues mira, y si lo cojo y así me ahorro la caminata?, se puso los auriculares, le dio al play del discman (por aquel entonces no existían los mp3, como pasa el tiempo no?), y corrió como un loco para coger el tranvía y que no se marchara sin él. Corrió arriesgando su vida, saltó dentro y…pam, la puerta se cerró tras él. Se sorprendió un poco al ver que no había nadie, y se sentó un poco extrañado, lo de pagar, bueno, como no había nadie, pensó: pues no pago, y subió el volumen. Mientras pensaba: joder que moderno, va sin conductor….el tranvía acababa en illa diagonal así que no se preocupó ni por un momento de darle al stop de parada, al bajar en la última parada se fijó que todo el mundo le miraba, y le hacían señas, con miedo se quitó un auricular y….escuchó: “chaval, descerebrado, estás tonto o qué, estos chavales de hoy parecen idiotas”, Niko se giró enrabietado y vio a un ser diminuto con casco amarillo y un mando mas grande que él, de esos mandos de grúas de las obras, entablaron una acalorada discusión mientras se arremolinaba gente alrededor, el hombrecillo del casco comentaba que el tranvía estaba en periodo de prueba, y si Niko estaba tonto y no se había dado cuenta, y si no sabía leer, a esto, Niko respondió: pues no sé donde pone que esté en pruebas….en ese momento el hombrecillo le dio a uno de los botones del mando…y……se cerró la puerta: al cerrarse las puertas Niko pudo leer algo parecido a esto. Tranvía EN PRUEBAS, se ruega no subir.

Toma II: El masaje de chocolate

El fin de semana pasado, Niko y su mujer Nikochana se fueron a dar un homenaje a un balneario de lujo, además del pertinente paso por las piscinas a diferentes temperaturas, yakuzzis, saunas, etc.. contrataron un mas que prometedor masaje de chocolaterapia. En principio iba a ser un masaje en la espalda, así que Niko no sospechó ni pensó que fuera un problema para él. Nikochana pasó primero, esto es habitual, eran a la misma hora, pero no sé porqué a Niko siempre le hacen esperar, a Nikochana le atendió una mozica que no estaba nada mal, y Niko sólo veía a un chino y pensaba: “a mi ese no me toca”, al cabo de unos cinco larguísimos minutos de espera en batín, se acerca una chiquilla majilla y dice: ya puede pasar, entre en la cabina, se quitará el bañador, y pongase el tanga de la bolsa”, el tanga?, pero donde me he metido se pregunto Niko mientras habría la bolsita del tanga y le caía por la frente una gota de sudor frío, ella prosiguió “una vez se ponga el tanga se tumba en la camilla boca arriba, enseguida vengo”. Maldición, el tanga era de papel, Niko se lo puso a regañadientes, y aquello no ajustaba nada, o Niko es pequeño, o la gente muy grande o el tema es pequeño, no sé, bueno, al tumbarse en la camilla, el miembro de Niko debido a la ley de la gravedad se iba para los lados, cosa que empezaba a preocuparle. Boca arriba, con toqueteos femeninos (podría ser peor, el chino), no sabía si después de eso le invitarían o no a abandonar el balneario…La chiquilla entró y a Niko le pareció escuchar una risilla, que imagen nenes, espectacular, y entonces se dispuso a frotar el chocolate caliente sobre el cuerpo de Niko, por la espalda no había problemas, pero boca arriba….era difícil aguantar, así que comenzó a repetir: piensa algo no erótico, piensa algo no erótico…lo que pensaba es puro secreto de estado.