Si no tenía bastante con la lectura,
la música, los juegos de mesa, la playa, el blog, las teleseries,
los films.... pues eso, como no tenía bastante con todas esas mandangas hace poco, como
sabréis, me hice con la portatil de Sony, la Vita. Estoy encantado,
qué voy a explicaros... La Vita ha revivido en mí al niño que llevo
dentro y juego como un puto jovenzuelo de doce años al que le va la vida
en ello, consiguiendo puntos y trofeos a mansalva y dejando sin
batería una y otra vez al fabuloso aparato nipón. La mayoría de
juegos con los que me hice al principio están finalizados, sólo a
falta de rejugar algo para batir algún que otro récord, así que me
hice con un par más antes de que se me pase la fiebre jueguil. La
verdad es que me lo paso en grande, estoy hecho un canalla, tengo que
aprovechar antes que venga mi segundo retoño (retoña en este caso)..., ya sabéis, je je.
Bueno, allá vamos, os voy a hablar de dos joyas con las que pasar el
rato y disfrutar como a final de los ochenta principios de los
noventa pero con una calidad gráfica increíble. La esencia es
aquella, son juegos con cierto gusto retro pero increíblemente adictivos.
Vamos pues con ellos:
SINE MORA: es mi última adquisición.
He jugado dos horas seguidas y os confieso que me duelen algo los
dedos. Este juego ya había salido para las grandes consolas de
sobremesa pero ahora apareció esta magnífica adaptación (ellos lo
llaman “port”) que es una delicia. Juego de “naves”, scroll
lateral, vamos, un mata mata de aquellos que había en los bares de
antaño, donde tirábamos una y otra vez la moneda de 5 duros cuando
asomaba el mítico letrero de “insert coin” al morir. Gráficamente
es precioso, el ritmo es trepidante, y una cosa, digamos, nueva, es
que no tenemos barra de energía. Cada vez que nos tocan perdemos
tiempo y cuando alcanzamos al enemigo lo ganamos. Tenemos un tiempo
para realizar la misión y más o menos en eso consiste el juego,
claro que podemos morir de las manera habituales, un buen cañonazo
del jefe final nos deja hecho trizas. Hay modo historia, modo
arcade... Vamos, que no se aburre uno. Una joyita.
GUACAMELEE!: juego de plataformas en
2D, a la antigua usanza con una ambientación alucinante basada en el
folklore mexicano y unos gráficos bonicos del to. La historia es de
lo más loca y divertida, hay innumerables guiños a otros
videojuegos míticos y el nivel de aprendizaje, de dificultad y de
diversión van al alza y está muy medidos. La música es genial y
además hay muchas pequeñas misiones para mejorar a nuestro
personaje y nuestro nivel de “luchador”. Hacía mucho tiempo que
un juego de plataformas no me retaba de una manera tan francamente
provocadora, el nivel de sincronización que hace falta adquirir para
superar algún nivel es de agradecer, y las luchas con jefes finales
de lo más logradas. En esos momentos la concentración es básica.
Esto es un juegazo exclusivo para Vita, si hubiese más como este
rápidamente subiría en ventas lo que no está escrito. De todas
maneras es una máquina alucinante que te permite jugar a estas cositas o a cosas como Killzone (mi próxima compra). Y nada más, me voy a
viajar atrás en el tiempo y a jugar antes que vengan mis padres y me
obliguen a hacer los deberes del cole e irme a la cama sin cenar.
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