El año pasado la conexión “Oregón” me dio grandes tardes de
gloria. Dawes, Middle Brother y Deer Tick. Tres proyectos acojonantes, y en los
dos últimos un mismo elemento a la cabeza: John McCuley. Lo de Middle Brother
junto al líder de Dawes fue una grata sorpresa, uno de esos discos que no
esperas, que te sorprenden y que acaban siendo de tus preferidos del año. Aquella
versión del señor Westerberg de nombre “Portland” es simplemente imprescindible
y bonica del to. Pero no vengo a hablaros de esa rareza de grupo que creo que
se quedará en una reunión de un solo disco, no, hoy vengo a hablaros del grupo
madre, de Deer Tick. Vale que aquel “The Black Dirt Sessions” del 2010 fue la
repanocha en verso, un chute de buen rock, pero de ahí a decir (como mi
archienemigo) que ya nada de lo que han hecho vale un duro… No lo entiendo en
su caso pues “Divine Providence” (2011) tenía todos los elementos para enamorar
a Guzzest hasta la médula, a él y a todo el mundo con algo de buen gusto por
las guitarras y el rock heredero de los Clash y de los setenta. Un discarraco
de esos que te hacen vibrar, sentirte joven one more time y mantener la
esperanza de que el rock nunca morirá. Long live rock! The Bump, Funny Words, Let’s all go to the bar, Main Street , Now it’s
your turn… Bufff, discarro que te crío. Y claro, cuando me entero a
finales de agosto que los chicos de Deer Tick tienen casi a punto un nuevo
disco las orejas me dan palmas, qué notición, y me espero ese disco rocanrolero
del copón bendito, esa gira por las Españas y me imagino resarciéndome del
concierto que me perdí en Barcelona, que al parecer resultó ser una orgía de
guitarras antológica. Entonces tiro de contactos y cae en mis manos “Negativity”,
el quinto disco de Deer Tick, con portada de esas que me gustan a la primera y
que hace que arda en deseos de empaparme de la música que hay en su interior.
Deer Tick –
“Negativity” (2013): 01.- The Rock/ 02.- The Curtain/ 03.- Just Friends/ 04.-
The Dream’s In The Ditch/ 05.- Mirror Walls/ 06.- Mr. Sticks/ 07.- Trash/ 08.-
Thyme/ 09.- In Our Time/ 10.- Hey Doll/ 11.- Pot Of Gold/ 12.- Big House.
Como he dicho me
esperaba un disco cañozazo, con guitarras y riffs por doquier, un disco de esos
que te hace levantar de la silla, cantar a pechopalomo mientras levantas tu
cerveza hacia el cielo y brindas por el rocanrol. Pero no. Sorpresón. Estamos
ante un disco maduro y con miras a crecer, a expandir el sonido, a
sorprendernos y a gustarnos, porque no está reñido dar un disco bueno con
intentar gustar al oyente y al seguidor. Esta vez hay mucho piano, mucho
instrumento bonico rellenando y enriqueciendo el sonido, mucho mediotiempo,
mucha cosica bonica. Decepción? Pues de entrada lo fue, porque yo esperaba eso,
un trallazo por la escuadra, una vez recuperado del sorpresón, a la segunda
escucha, me doy cuenta que estoy delante de uno de los discos del año, vale que
de un año donde tampoco hay grandes discos de relumbrón, pero en el caso de Deer
Tick, su disco brilla con luz propia, y desde luego aquellos que no los
conozcan deberán tomar nota y seguir la pista a este grupazo. Pero vamos con “Negativity”
que da para mucho, de primeras tenemos “The Rock” que es una cosica bella y
francamente acojonante. Ese inicio modosito, tristón, melancólico y circular
que acaba rompiendo y dándonos un puñetazo en los morros. Como me gusta! Llevo
tarareándolo toda la puta semana y va para largo, con esos vientos, ese
estribillo, esa cadencia: "Don't paint my picture. Sleeping on the ground. Come on!
Little sister, you know what you have found...".
Y llega una joya,
un despiporre, llega “The Curtain” y aquí el marcianito se relame de gusto,
algo Springstiniana y con un deje vocal a Cobain, no lo negaré, pero con
personalidad propia. Un temazo. "El temazo". El que pondrás en el reproductor una
y otra vez…. “But I know my
spirit quit, don’t wanna be…. Your bargining chip!”. Guaaaaagh! Y el
riff es escandalosamente escandaloso. Muuu bueno oigan. Seguimos de agustito total con “Just friends”, un baladón con piano de etiqueta, bonico del to y muy
setentero antes de regalarnos otro inicio muy propio del Boss, otra de las
canciones del disco, “The dream’s in the ditch” es un temazo con un estribillo
mágico y antológico, un piano desatado y eso, joder, qué temazo. “Mirror
Walls” y “Mr Sticks” no bajan el listón, el primer tema es un medio tiempo muy
bien parido con un toque que a Harrison le hubiese encantado y el segundo, “Mr
Sticks” es otra maravilla de McCuley, pelos de punta terrícolas!!!! Llega “Trash”
y se me caen las bragas al suelo, qué riff!!! qué entrada cincuentera, qué
gustazo, qué vientos o metales como queráis llamarlos, qué dulce subidón, qué
solo guitarrero más bonico. Me encanta este puto disco. Me estoy enrollando la
leche y no era mi intención, a partir de ahora iré rápido: “Thyme” me alucina,
una rareza dentro del disco. “In our time” es un tema countresco que bien podríamos
encontrar en el disco de “Middle Brother” (a mi me parece muy coqueto), “Hey
doll” es el otro baladón del disco con el piano como protagonista con un toque a
Jackson Browne (vale que McCuley no canta como aquel, pero quién lo hace?, quién
puede?), “Pot of gold” nos recuerda que estos de guitarreos saben lo que no está
escrito, un temazo que ya no esperabas y cierra “Big House” con unos punteos
folkies de lo más coquetones, un cierre bonico del to que te hace volver a
poner el disco. Un discazo. Una sorpresa. Un placer. Un lujo. Atentos a
McCuley, el geniecillo olvidado que empieza a asomar la cabeza.
Al tanto, por alusiones, yo nunca creo haber dicho lo de " ya nada de lo que han hecho vale un duro"... Solo insisto en que tras escuchar el primer disco el resto, aunque más animado, me sabe a bastante menos. Ayy, lo de presumir gustos ajenos... Me voy a seguir buscando (tó ofendido) esa de los Kinks -que te decía- de la que, al estar uno como una chota y tal, pienso que el Mercúreo pillo un par de notas pianiles para su rhapsody... Sigo indagando.
ResponderEliminarEs un gran disco, crackfriend, como ya te dije. Aunque todo sea dicho, no supera el "Divine providence", pero eso ya lo tenía claro antes porque ese disco es divino y celestial. Por cierto, ya que te mola la familia del hiperactivo McCuley me vas a permitir que te insista otra vez más en el homónimo de Diamond Rugs que sacó el año pasado. Estoy seguro que te gustará. Cualquier cosa a tu disposición, ya sabes. Abrazo.
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