Cómo me quedé calvo...

Como estoy sin un centavo he seguido rebuscando en mis estanterías libros interesantes que por una razón u otra cayeron en el olvido. Hace un par de semanas encontré “Cómo me quedé calvo” del joven escritor holandés Aaron Grunberg que vete tú a saber quién me lo dejó que yo, además de quedármelo vilmente, abandoné y olvidé sin remordimiento alguno. Recuerdo que me interesé por él debido a la curiosa historia de su autor. Vamos por partes, el tal Aaron Grunberg es muy conocido por la tierra de los tulipanes, aunque yo, la verdad, no sabía quién era. El tipo firmó este libro bajo el pseudónimo de Marek Van der Jagt, que es el mismo personaje que protagoniza el libro en cuestión, así que el artefacto se presentó como una especie de autobiografía de un nuevo autor. La historia fue ganado adeptos y se comenzó a buscar al tal Van der Jagt. Tenía dirección postal e incluso salía una foto suya en la primera edición del libro. Pero el de la foto no era Grunberg, tampoco Marek, al parecer era un tipo al que Grunberg hizo una foto en sus vacaciones y plantó su jeto allí, en la contraportada. El libro de Van der Jagt fue nominado a varios premios, se rumoreaba que era de Grunberg aunque él lo negaba rotundamente pero algunos estudiosos decían que estaba claro que su estilo era el mismo y que con total seguridad eran la misma persona. En efecto, al ganar no sé que prestigioso premio, Grunberg, reconoció con regocijo la autoría de la novela. Yo me enteré de todo esto y pedí (o robé) el libro a alguien, no recuerdo a quién, pero después de mi fechoría, como dije, lo abandoné a su suerte. Hace unas semanas lo rescaté y en una tarde me lo zampé. La verdad es que me ha decepcionado un poco la búsqueda del amour fou, junto a su extraña familia y su mini-pene. Por momentos la historia engancha y tiene gracia pero acaba flojeando en mi modesta opinión. Si alguien que me conoce lee esto y se acuerda que su estimado libro desapareció que alce la voz y este humilde marciano se lo devolverá rápidamente. Y nada más, tal vez ha sido el primer resbalón de media docena de libros que en estos últimos meses me han encandilado, ahora espero una nueva remesa en mi próximo cumpleaños terrícola que está a la vuelta de la esquina y claro, tengo intención de hacerme con dos libros de blogueros de postín: “La muñeca rusa” de Juan Miguel Contreras (Caimán sincopado) y “En los antípodas del día” de Gonzalo Aróstegui Lasarte (Ragged Glory). En eso estamos terrícolas.

2 comentarios:

  1. La verdad es que la portada ya es toda una declaración de intenciones. Quizás hasta me lo lea y todo.

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  2. Yo, no sé si para bien o para mal, me quedé con una buen montón de libros cuando cerré la librería... Voy de a poco con ellos, y apuntando mientras para la lista de la fiesta esa de fin de año... de vez en cuando miro algunas cosas y me pregunto qué libros serán los que se amontonan por las esquinas...

    Ah, yo también tengo apuntadito el libro de Gonzalo Aróstegui

    Abrazos terrícolas

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