Normalidad absoluta

Todos los diarios nos recuerdan en sus titulares que la ciudad ha vuelto a la normalidad, y es que, eso de la “normalidad” es muy relativo, cuando se habla de normalidad se tiende a expresar algo bueno, o al menos se sobreentiende algo positivo, idóneo aunque cotidiano. Pues en Barcelona esa “normalidad” significa retenciones en las carreteras, autobuses que se retrasan incomprensiblemente, empujones, aglomeraciones y estrés en el transporte metropolitano mas usado, el metro, pues bien, en el metro de L4, la mierda de línea amarilla, seguimos en la “normalidad”, esperas de mas de cinco minutos en hora punta, sensación de convertirte en una sardina enlatada en su interior, por cierto, ya no funciona el aire acondicionado, pero imagínense, en un vagón cientos de personas, apretujadas, sin aire acondicionado, muertos de calor, la vieja que se desmaya, la que te empuja para salir cuando el metro acaba de arrancar, el gordo que te pisa los dedos, el cincuentón que te atufa con su hedor sobaquil, la señora que te pregunta cada segundo si vas a salir, y para culminar el recorrido, el metro se para en medio del túnel, fantástico, veo que mis impuestos son utilizados “normalmente”, y visto lo que pasa con el metro imaginaros los pobres que tienen que utilizar el cercanías o el ferrocarril de la Generalitat, os tengo en mis oraciones. Pues bien, los políticos catalanes, que son los que nos tocan, con el president Montilla a la cabeza, que tipo mas insulso, es el aburrimiento personificado, a veces me pregunto, como pudo ganar las elecciones este hombre, y claro, al mirar la oposición, lo entiendo todo, y el superalcalde, juntos forman el dúo maravilla, intentando dar a Barcelona una imagen cool, chupi, megaguay, y gastan nuestros impuestos en Woody Allen, desfiles brasileños de Carlitos “pe-pe-pepppp-pe” Brown, las promesas del AVE, las fotos con el Ronaldinho de turno, pagan millonadas por derechos deportivos como la Liga de fútbol y la Fórmula1 que se pueden ver en otros canales de forma gratuita, instauran en las aulas la asignatura de Civismo o como le llamen, mientras se comprueba, como en algún programa televisivo, que las chicas de 16 años no saben ni donde está Santander, así que menos tonterías en el colegio y mas geografía, historia, mates, y literatura, que de tan guays que somos, somos tontos, y luego todos contentos nos vienen con el rollo de “la vuelta al cole”, me cago en.., así que a los que mandan les digo que se cojan el plumier, el cartabón, la escuadra, los bolis y los plastidecor y se los metan uno por uno por el culo, a ver si espabilan, porque de tan chupi guays que es ser de Barcelona, no nos acordamos que se caen barrios enteros por obras, que hay apagones generalizados, que el aeropuerto se colapsa, que el ferrocarril no funciona y hay retrasos de horas, que tenemos los precios mas caros de España de transporte público, que pagamos burradas por utilizar unas autopistas en mal estado, que tenemos un servicio sanitario tercer mundista, que a los colegios y la enseñanza solo les falta ponerles orejas de burro a los alumnos, sube el euribor, suben los alquileres, sube el pescado, el pan, la leche, los condones, la vida, pero no los sueldos, por cierto, de los mas bajos de la Unión Europea, eso sí, Woody Allen ha rodado una película en la ciudad para promocionarla, que grande, y todo sigue como siempre, en la “normalidad” mas absoluta.