Un ser llamado Guzzest.Capítulo 28: Jailhouse Rock
Una vez habían conseguido llevar el inútil mechero de Kochán a la bruja Munthes, decidieron comenzar el viaje hacia Nikochan Castle, así que se pusieron en fila india, y se ataron entre ellos por la cintura, primero Flush, Cucu, Maqui, Munthes y por último Guzzest. – Esperad, esperad, yo no me muevo de aquí ni salvo al mundo ni nada parecido hasta que la brujilla me quite la dichosa maldición, que estoy de vocecitas en la cabeza que no me aclaro.- dijo Guzzest algo mosqueado.- Bueno, de acuerdo bola de sebo peluda, tú lo has querido, pero te va a doler y mucho, cierra los ojos y no te muevas.- contestó Munthes mientras se remangaba y se subía la falda hasta las rodillas, entonces empezó a entonar un cántico, al que todos se unieron: “Close your eyes, have no fear, the monsters gone, He's on the run and your daddy's here, beautiful, beautiful, beautiful, beautiful Guzz”, y justo en el momento en que Guzzest estaba mas relajado y confiado, la bruja Munthes movió sus manos y dedos con una rapidez pasmosa y arrancó una mata de pelos de cada orificio de la nariz de Guzzest.- Me cago en la p..pelambrera esta, coño, que haces Munthes?.- dijo Guzzest mientras una lagrimilla recorría su mas que acolchada mejilla.- Pues tu que crees que hago, quitarte la maldición, aquí quién es la bruja, tu o yo?, así que no me discutas, y andando.- replicó Munthes con una gran autoridad. Caminaron semana tras semana, día tras día, hora tras hora, entraron directamente por una puerta ancha y profunda, abriéndose paso hacia el otro lado, y caminaron por el otro lado, caminaron por el lado salvaje de la vida mientras las algo perjudicadas chicas cantaban: “Doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo. Doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo, doo”. No era fácil encontrar el camino, tenían que recorrer el bosque cambiante, cada vez que giraban o tomaban un camino, los árboles cambiaban de lugar, así que dependían de la orientación del guía, dependían de Flush, que siguiendo el mapa y con un poco de suerte hizo llegar al grupo hasta las murallas nikochanas, y digo suerte porque el mapa además de estar al revés no era ni de la zona sino de otro bosque. Siguieron caminando por las murallas, y cada vez se hacía mas y mas pesado el trayecto, parecía como si llevaran un yunque atado a la espalda, se giraron sin parar de caminar y vieron a Guzzest sentado sobre un cartón mientras daba un soberbio lingotazo a una petaca.- Joder con el gordo, no tenemos otra cosa que hacer que arrastrar a la morsa, me cago en..- dijo Flush.- No te metas con mi turru, ni lo toquéis.- gritó Cucu.- A mi no me fiqueu en vuestras cosas, no matavalos.- dijo Maqui en una lengua irreconocible. Todos estaban enzarzados en una auténtica pelea callejera, estiradas de pelo, tirones de oreja, era algo increíble, Guzzest seguía sentado sobre el cartón, el día se esfumaba, y parecía que la pelea no tendría fin.- Quietas, quietas, quietas, mirad al fondo de la colina, se ve luz, parece una ventana, la ventana de un castillo, venga dejar de pelear y arrastradme hasta allí.- dijo Guzzest con aires de grandeza. Entonces sin comerlo ni beberlo le cayeron cuatro buenas collejas de las que hacen época y prosiguieron el camino. Una vez llegaron al castillo, se dieron cuenta que sería ardua tarea entrar en él, ya que además del clásico socavón lleno de agua con cocodrilos, había que añadirle la falta de timbre. Por suerte, Pini pasaba justo en aquel momento por la puerta, así que no le fue muy difícil darse cuenta de la presencia del grupito, rápidamente alertó al ejercito nikochano y les apresaron en un plis plas. Después de un largo camino, de innumerables aventuras, se veían encarcelados en las mazmorras de Nikochan Castle, cada uno en su mazmorrilla, Munthes, Cucu, Maqui, Flush, una mazmorra vacía y luego Guzzest, mientras se preguntaban porqué había una mazmorra totalmente a oscuras de separación entre ellos y Guzzest, pudieron saber la respuesta al oír una voz muy familiar: “The warden threw a party in the county jail. The prison band was there and they began to wail. The band was jumping and the joint began to swing. You should’ve heard those knocked out jailbirds sing. Lets rock, everybody, lets rock. Everybody in the whole cell block Was dancing to the jailhouse rock”
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