El año pasado nos dejó una de las últimas grandes figuras del soul, grandes de talento pues Sharon Jones no llegaba ni al metro cincuenta. Su voz, como dicen sus amigas y compañeras, era como una locomotora de tren, así como su actitud en un escenario. Su vida, para nada fácil, le hizo trabajar mucho antes de conseguir el éxito, prueba de ello es que trabajó como funcionaria de prisiones. Finalmente, junto a los Dap-Kings, obtuvo poco a poco el éxito y el reconocimiento que sin duda merecía, pero como la vida es así de caprichosa e hijoputesca, ese reconocimiento vino acompañado de un cáncer biliar/páncreas del que como muchos sabéis no pudo huir. El documental que hoy nos ocupa narra el momento en el que Sharon conoce el diagnóstico, y es duro, es un documental duro y también esperanzador, aunque el final no lo sea. Sharon Jones se derrumba, le cortan sus rastas y le rapan al cero. Sigue sesiones de quimio, se retira a casa de una amiga, y lucha como nunca, y parece que se sobrepone a todo. Pensaba ella que su "I learned the hardway" sería su último disco, pero no, apareció el asombroso "Give the people what they want" en 2014 y nos dejó a todos enamorados de su talento y su fuerza. Realizó gira aunque no estaba en las mejores condiciones y... Sí, entonces cuando parece que todo estaba superado vuelve a tener que pasar por el hospital y con un pequeño resquicio de esperanza termina el documental, este del que hoy os hablo y que data del 2015. Como dije, en 2016 ese cáncer que parecía erradicado se la llevó por delante. Gran documental. No se lo pierdan.
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